No juega. No entra. Y por lo tanto, claro, sigue sin hacer goles. El caso de Lucas Alario, a esta altura, requiere una revisión de cuentas. Del técnico, que apostó por él en el mercado de pases anterior y ahora no lo utiliza. Y del club, que dejó ir a los otros dos nueves, cuando estaban en mejor situación que el ex River.
Este escenario se expuso todavía en la derrota contra Central Córdoba. Estudiantes perdía el partido 2 a 0 desde los 10 minutos y, en cada uno de los cambios que metió Domínguez para intentar revertir el resultado, Alario jamás pareció estar en los planes. No ingresa ni con el equipo perdiendo, ni para acompañar a Carrillo ni incluso cuando el nueve titular tiene una mala tarde, como pasó en Santiago.
Así, Carrillo también se desgasta. Porque no tiene descanso. Porque es la única referencia de un ataque, porque es el que tiene que luchar en soledad contra los centrales y porque el equipo, como si fuera poco, tampoco le genera situaciones claras. Pues bien, todo eso también expone el momento de Alario, que parece no estar en condiciones de ni siquiera darle una mano.
Su último partido fue contra Banfield, de titular. No hizo goles. Y llegó a los nueve meses sin convertir. Tampoco ayudó al equipo con su altura a defender. Y desde entonces, no jugó contra Cerro Porteño en la vuelta de la Copa, tampoco contra Aldosivi y lo dicho: tampoco entró en Santiago. Domínguez, incluso, se quedó con cambios, pero no lo puso.
Por qué Estudiantes dejó ir a Méndez y a Giménez
Lo que resulta extraño, también en este caso, es la movida que hizo Estudiantes en el mercado. Es cierto que se quiso desprender de Alario, que firmó contrato hasta el 2026, y no pudo. Pero si la situación del ex River era así, si Domínguez no iba a tenerlo en cuenta ni siquiera en la situación más urgente, por qué se fueron Mauro Méndez y Luciano Giménez a la vez.
Méndez, incluso, tiene en seis partidos en Banfield más goles que Alario en los 18 encuentros que lleva en Estudiantes: ya hizo tres en el Taladro. Claramente, el uruguayo estaba en mejores condiciones que el ex River, que parecer ser convocado al banco para no exponer este error, que tiene como responsables al entrenador y a la dirigencia, claro.
En todo caso, el club debió aceptar la salida de uno de los dos nueves (de Méndez o de Giménez), pero no de los dos al mismo tiempo, conociendo el momento físico futbolístico de Alario. Además, es un escenario que, de cara a lo que tiene el equipo por jugarse, tanto en la Libertadores como en lo que resta del torneo (nada menos que entrar a alguna Copa en el 2026), puede tener todavía un mayor impacto.
En el medio, los pibes que están pidiendo pista en Reserva tampoco tuvieron su chance: ni Benjamín Sagües Barreiro ni Franco Domínguez Ávila. De hecho, ninguno fue citado para el encuentro contra Central Córdoba y enfrentaron al Ferroviario en esa categoría.