Tanto los medios como los simpatizantes lusos cuestionaron su convocatoria para este certamen, del cual terminó siendo héroe. Éderzito António Macedo Lopes, un anónimo antes de que inicie el torneo, concluyó el certamen en lo más alto a nivel futbolístico y en lo más profundo de los corazones de todos los portugueses.
En el Lille, equipo francés donde juega en la actualidad, este delantero centro de 28 años solamente había marcado seis goles en torneo. Y antes de ingresar en la final, había completado 13 minutos en dos partidos, seis contra Islandia y siete ante Austria en la primera fase.
Ni Eusébio, ni Luis Figo, ni Cristiano Ronaldo pudieron hacer algo que el jugador de 1,90 metros sí, obtener un título europeo. Le bastaron once minutos para darle a Portugal el gol más importante de la historia. Y dejó atrás las críticas que tuvo días antes de la Eurocopa, de sus propios fanáticos.
El nacido en la antigua colonia lusa Guinea Bissau, fue el héroe de la noche en Saint-Denis. Le dio el trofeo a Portugal y una sonrisa imborrable a todos los que festejaron en distintos puntos del mundo.