Estudiantes desperdició una buena chance de asegurarse un lugar en Octavos de Final de la Copa Libertadores a falta de una fecha para el cierre de la fase de grupos, al caer con Botafogo en Brasil. Sin embargo tendrá todo a favor cuando finalice su zona en UNO ante Carabobo.
El equipo de Eduardo Domínguez le pondrá un punto final al Grupo A en su cancha y ante su gente, recibiendo al equipo más débil de la zona. Ya eliminado, el combinado venezolano llegará solo para cumplir. Además con un empate el Pincha se asegurará su boleto.
Sin embargo el mayor dato positivo que tiene hoy Estudiantes no pasa por las condiciones en las que definirá su pase de ronda o no en Copa Libertadores, sino por cómo llegará: por primera vez en mucho tiempo tendrá descanso y contará con tiempo para trabajar.
De cara a un partido clave esa es la mejor noticia que pueden tener el Barba y sus futbolistas, que salvo excepciones como el duelo ante Universidad de Chile, vienen en deuda desde lo futbolístico. El grupo necesita levantar físicamente y volver a encontrarse con su fútbol.
En total serán 12 los días que habrá entre el duelo que tuvo lugar ayer ante Botafogo y el que se viene con Carabobo. Si bien seguramente habrá uno o dos de descanso para recuperar fuerzas, el plantel tendrá la chance de contar al menos con 10 días de práctica.
La seguidilla, un factor clave en el bajón de Estudiantes
Si bien es cierto que los problemas que tiene el Pincha comenzaron hace tiempo, antes de que el cansancio por tener muchos partidos en pocos días pudiera entrar en juego, se trata de un factor que no le permitió al cuerpo técnico tener varios días seguidos sin partidos.
Desde el 27 de marzo, fecha en la que visitó a Barracas Central, solamente en una ocasión contó con cinco días entre un encuentro y el siguiente. En cuatro ocasiones tuvo cuatro, en otras cuatro oportunidades contó con solo tres y en dos incluso tuvo apenas dos.
En total el equipo de Eduardo Domínguez jugó 12 partidos en 49 días desde aquel traspié con el Guapo. Un promedio de prácticamente uno cada cuatro días. Si bien la doble competencia no excusa su desempeño, frenar la pelota puede ser positivo para el grupo.