Una derrota que no es una más, sino una derrota que colmó la paciencia de los hinchas y que desató el enojo de todos los triperos que llegaron al Bosque. La cuarta caída en los últimos cinco partidos del equipo que dirige Alejandro Orfila dejó al Lobo muy golpeado, afuera de los playoffs, con riesgos en la zona baja de la tabla anual y con el Clásico Platense a la vuelta de la esquina.
Ni bien terminó el partido, el Estadio entero silbó al equipo y lo despidió entre insultos y cánticos en contra del entrenador. “Andate Orfila…” bajó desde las tribunas. Luego, el reclamo se extendió y se amplió con el ya clásico del fútbol argentino: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”.
La situación no terminó allí, sino que el clima caliente se trasladó al sector de vestuarios, donde varios hinchas se hicieron presentes para golpear puertas, seguir cantando en contra de los jugadores y de los dirigentes y generar un verdadero clima tenso en la salida de los hinchas, que obligó a la policía a intervenir.