Gabriel Batistuta no fue el primer futbolista argentino en desembarcar en la Qatar Stars League, pero sí fue el primero de semejante renombre: un año después de retirarse de la Selección Argentina, el máximo artillero de la Albiceleste en Mundiales aceptó una oferta millonaria para jugar en el que, por entonces, era un destino sumamente exótico.
La liga de Qatar ya comenzaba a tener el respaldo económico de sus petrodólares, pero todavía necesitaba una estrella que le diera visibilidad a nivel global. En febrero de 2003 Al-Sadd había apostado por el brasileño Romario, pero luego de jugar solo tres partidos y ante el inicio de la guerra de Irak había decidido romper el vínculo de manera anticipada.
Luego de jugar la temporada 2002/03 en el Inter de Italia sin poder mostrar su mejor versión por culpa de las lesiones, Gabriel Batistuta quedó con el pase en su poder. Su intención era recalar en Inglaterra, una liga en la que nunca jugó y siempre fue su cuenta pendiente, para reencontrarse en Chelsea con Claudio Ranieri, quien lo dirigiese en la Fiorentina.
Sin embargo los llamados para el Batigol no llegaron desde Londres sino desde Doha: Al-Arabi le puso sobre la mesa una oferta irresistible y el delantero accedió. Según informó el Corriere Della Sera en aquella época el contrato fue por casi 8 millones de dólares por dos temporadas, con la posibilidad de partir luego de un año cobrando de todos modos 5,5 millones.
La intención del delantero, en ese momento, era poder dejar la puerta abierta pensando en un futuro regreso a Argentina, o incluso en la posibilidad de colgar los botines con la camiseta de la Fiore. Finalmente nada de eso sucedería y el Al-Arabi terminaría siendo el último club de su extensa carrera como futbolista.
Gabriel Batistuta, el único goleador argentino en Qatar
El recorrido del ex delantero de la Selección Argentina en su primera temporada en Al-Arabi sería ejemplar: el delantero disputaría los 18 partidos del torneo 2003/04, convirtiendo nada menos que 25 goles para llevar a su equipo al tercer puesto de la tabla, con un póker ante el Siliya y un hat-trick frente al Al-Rayyan.
Esos 25 goles lo consagrarían como el máximo artillero de la competencia, por encima del ecuatoriano Carlos Tenorio, quien marcó 18. Además le permitirían ser el primer goleador argentino de la liga, y hasta la fecha, el único: si bien Leonardo Pisculichi (57 goles) y Sebastián Sáez (46) lo superaron en cantidad, ninguno finalizó un torneo en la cima.
“Estoy en un período de relax, juego en Qatar para divertirme”, diría en 2004, promediando aquella gran campaña: “Yo fui a Qatar porque mi tobillo no daba más. No podía hacer nada, sólo me faltaban las muletas. Tenía que dejar el fútbol o ir a un lugar donde no me exigieran. Y Qatar apareció como por arte de magia y ahora ya me recuperé de la lesión perfectamente”.
El declive por las lesiones y el final anticipado de su carrera
Todo lo positivo que había tenido su primer año en Qatar para el delantero, no solo en cuanto a su cuota goleadora sino en la continuidad que había logrado, se dio vuelta para el segundo año de su contrato. Las lesiones apenas lo dejaron jugar en la temporada 2004/05: primero fueron sus tobillos y luego se sumó también una lesión ligamentaria en una de sus rodillas.
Con apenas 3 partidos disputados, sin anotar goles, el 13 de marzo de 2005 Gabriel Batistuta y el Al-Arabi anunciaron una rescisión de contrato de común acuerdo. Ese mismo día el delantero dio a conocer un comunicado en el cual anunció, tras casi once meses sin hacer un gol y en los casi no pudo jugar, su retiro de la práctica futbolística.
“Un día estaba tan desesperado que fui a ver a un doctor y le dije: ‘Por favor, córtame las piernas’. Dejé el fútbol y de un día para otro, a los dos días, no pude caminar más”, contaría una década más tarde. Finalmente en 2019 se operaría en su tobillo izquierdo para colocarse una prótesis. Por los tiempos de rehabilitación esa operación impediría su desembarco en Gimnasia, ya que Diego Maradona quería sumarlo a su CT.