No llegó a ser al minuto 11, pero fue apenas unos segundo antes. Tiempo suficiente para festejar, apretar puños como Eduardo Domínguez, y esperar el homenaje de los hinchas a su máximo ídolo, la Bruja Padre. El gol de Cetré sacudió a los hinchas en UNO y los mantuvo de pie para hilvanar el grito de gol con el “Bruja, Bruja”.
El primer gol de Estudiantes tras la despedida de uno de sus mejores goleadores. Un grito contenido mirando al cielo y con la dedicatoria especial de cada hincha, que de paso le agradece por sus goles.
Para Cetré, un gol que sirve para la confianza y para reafirmar su levantada futbolística, aunque no convertía desde el 7 de febrero. Así, anotó un golazo para abrir el marcador de un partido en donde lo importante era, justamente, romper el cero.