Del 21 al 25 de agosto, Perm, Rusia, fue el escenario de un Torneo llamado “De la Amistad”, un evento deportivo que prometía fortalecer lazos internacionales a través del basquet. Participaban el equipo local, BC Parma, y las selecciones nacionales de Rusia, Venezuela y Colombia.
Sin embargo, una situación inesperada convirtió este torneo en un enigma digno de un guion cinematográfico.
El BC Parma aplastó a la selección de Colombia con un marcador de 155 a 53. Lo sorprendente no fue solo la magnitud de la derrota, sino que, al día siguiente, la “Federación Colombiana de Baloncesto” emitió un comunicado esclarecedor: Colombia no había sido invitada al torneo. ¿Quién estaba jugando en nombre de la selección colombiana?
DE COLOMBIA CON “VIVEZA CRIOLLA”
El intrincado fraude fue orquestado por Christian David Mosquera, un colombiano residente en Kazán que ocasionalmente participa en torneos 3×3.
Mosquera, con un astuto plan, se hizo pasar por la Federación Colombiana de Basquet y logró que la Federación Rusa pagara los costos de viaje y alojamiento para un grupo de amigos.
El supuesto seleccionador, Jorge Basquez, en realidad entrenaba a un equipo femenino de un colegio privado en Bogotá.
La Federación Colombiana de Baloncesto, al enterarse del fraude, publicó un comunicado oficial desmarcándose del evento. En él, confirmaron que nunca recibieron invitación para participar y que ninguna de sus formaciones tenía conocimiento ni autorización para estar en Rusia.
El comunicado concluyó con la advertencia de que tomarían acciones legales contra los responsables del uso indebido de su imagen.
La trama se complicó aún más cuando se filtró un correo electrónico, supuestamente firmado por el presidente de la Federación Colombiana, Jorge Armando García-Vargas.
En el mensaje, que aparentemente confirmaba la participación de la selección en el torneo, se agradecían las condiciones ofrecidas por la Federación Rusa, incluyendo alojamiento y transporte. Este documento fue usado por los impostores para legitimar su presencia en el torneo.
DOBLE Y TRIPLEMENTE FALSOS
El “seleccionador” Basquez intentó justificar la situación alegando que el equipo estaba formado por profesionales y estudiantes que buscaban probarse a sí mismos. Sin embargo, su declaración sonó más a un intento de cubrir la vergonzosa maniobra que a una defensa creíble.
El desenlace de este episodio revela una increíble mezcla de audacia y torpeza:
La operación de Mosquera, aunque brillante en su concepción, puso en evidencia la fragilidad de los sistemas de verificación y la facilidad con que se pueden perpetrar engaños, especialmente cuando la comunicación y los protocolos no están bien establecidos.
Para la Federación Rusa, el fiasco representó un golpe a su reputación organizativa.