La idea periodística de Wiñazki no era mala. Detrás de todo el oropel, las risas nerviosas y las tentaciones contenidas al aire cada vez que se nombra la palabra “pene”, muy probablemente había una trama oculta, llena de oscuros pasillos, fábricas inexistentes, licitaciones fraudulentas, madera de baja calidad o inclusive sustitutos del noble material proveniente de los árboles.
Hasta se podía profundizar sobre el daño a la ecología como producto de 10 mil penes de madera semi dura que tal vez representen decenas de árboles talados para fines impuros, insólitos e innecesarios.
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Pero no fue así.
Nicolás Wiñazki se calzó el traje de notero como en sus épocas junto a Lanata, y decidió salir él mismo en persona de la comodidad del estudio de televisión a enfrentarse con la dura realidad, que más alla de la consistencia de los penes, pudiera ofrecerle el mundo de las empresas proveedoras del estado, que generalmente se hacen millonarias gracias a connivencias y contubernios con el “elefante bobo” gobernado por “vidriosos burócratas” deseosos de llenarse los bolsillos a costa del sacrificio del pueblo que “paga sus impuestos”. Y hasta podría haber llegado a encontrar a algún empresario que el día de mañana pueda llegar a ser, inclusive, presidente de la nación.
Pero no fue así.
El conductor de la señal de noticias de cable TN, perteneciente al Grupo Clarín se topó con una realidad muy diferente a la que deseaba mostrar.
Produjo unas notas que sólo evidenciaron que hubo (y aún hay) un proceso licitatorio transparente, con empresas, galpones y fabricantes que se dedican a construir distintos elementos, y proponer al estado la provisión de lo que pide en pliegos, al precio más competitivo posible, de acuerdo a sus capacidades de elaboración.
Nicolás Wiñazki buscó desenmascarar la trama oculta de los penes de madera.
Pero no pudo.
Nicolás Wiñazki descubrió que los lugares que figuran en los papeles están ahí, no son baldíos. Además sus dueños dan la cara, hablan de penes de madera con conocimiento de causa, y se ciñen a los pedidos, tratando de competir ofreciendo el valor más bajo posible para ganar la licitación.
Rescatable de la producción de TN y de Nicolás Wiñazki es haber emitido una de esas notas que al no cumplir con el requisito de comprobar la hipótesis de corrupción, hayan de todas maneras decidido ponerla al aire… Aunque se trate de una hermosa “no noticia”.
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