El Licenciado Amarilla vive en Ingeniero White, una localidad al sur de Bahía Blanca y se graduó en la Universidad Pública de la localidad bonaerense. En un emotivo posteo, contó todo lo que vivió hasta llegar a estudiar y lograr recibirse. “Que venga lo sea, porque estoy preparado”, dice al final.
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En el escrito recopila varios recuerdos de su infancia y adolescencia, rememora sus meriendas regaladas, sus botines de fútbol, su ropa prestada para salir, el bullying que sufrió por su piel oscura y la hernia y los colambres de su viejo.
Además de estudiar, se involucró activamente en causas sociales. Formó parte del Centro de Estudiantes de Química e Ingeniería Química. “Allí conocí realidades impresionantes, mucho más duras que la mía”, comparó en diálogo con Infobae.
“Soy los 30 kilómetros en bicicleta que hacia mi viejo todos los días para ir a dos trabajos por migajas de pan. Soy el dolor de espalda que hoy siente por las noches por tener que seguir laburando a pesar de su hernia de disco, soy también sus calambres.
Soy los inventos de mi mamá para que un arroz blanco sea el plato más delicioso del mundo. Soy la preocupación de ella cuando de pibe llegaba tarde a casa, y también su ocupación para que yo siga estudiando a medida que fui creciendo.
Soy el hambre que pasaron muchas veces los dos, para que yo y mis hermanos comiéramos la poca comida que había”.
Hace algunas horas y luego de que su posteo se vuelva viral, escribió unas sentidas palabras a modo de agradecimiento: “La gente buena es la que sobra, no nos dejemos engañar por unos pocos. Arriba la vida. Brindo por el aguante!”.
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