El 25 de abril es la fecha que eligió la Organización Mundial de la Salud (OMS) para conmemorar el Día Internacional Contra el Maltrato Infantil. La jornada busca resaltar la necesidad de combatir cualquier situación de maltrato intrafamiliar que vulnere los derechos de las infancias.
El maltrato infantil es definido según la OMS como “los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder”.
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El organismo también señala que también se considera en algunas ocasiones como una forma de maltrato infantil la exposición a la violencia de pareja.
Por su parte, la Convención sobre los Derechos del Niño atribuye al Estado la responsabilidad de asegurar políticas, recursos y asistencia apropiados para que la familia pueda asumir adecuadamente sus funciones en la crianza.
Maltrato infantil en Argentina durante el aislamiento
Un informe estadístico publicado la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) indica que, entre enero y septiembre de 2020, se recibieron 38.619 llamadas a las líneas 102, que brindan un servicio telefónico gratuito y confidencial de escucha, contención y orientación para niños, niñas y adolescentes al que también se puede llamar ante situaciones de vulneración de sus derechos.
Según se desprende del análisis, durante los meses de abril, mayo y agosto se observó un alza considerable de las consultas, coincidiendo con los períodos en los que se dictaron las medidas más estrictas del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO), dispuesto para combatir la pandemia por el COVID-19.
El principal motivo de consulta tuvo que ver con distintas situaciones de violencia, como maltrato físico, ser testigos de violencia intrafamiliar, negligencia, abandono, abuso sexual infantil o maltrato psicológico o emocional, entre otras circunstancias de violencia.
“La convivencia en espacios reducidos y cerrados en situaciones desfavorables tanto económicas, sociales y laborales, han generado o agravado las situaciones de violencias a niñas, niños y adolescentes”, señala el informe.
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