Enrique Shaw, empresario argentino nacido en 1921 y considerado un pionero de la responsabilidad social empresaria en el país, vuelve al centro de la escena con la publicación del libro “Enrique Shaw. El apóstol de los empresarios”, de las periodistas Nunzia Locatelli y Cintia Suárez. La obra traza una reconstrucción detallada de su vida a partir de documentos, cartas y los propios cuadernos del protagonista, en un momento clave: su proceso de beatificación avanza en el Vaticano, donde se estudia un posible milagro atribuido a su intercesión.
Miembro de una familia de la élite local, nacido en el hotel Ritz de París y educado en la Marina, Shaw dejó atrás la carrera militar para dedicarse a los negocios con una mirada inspirada en la Doctrina Social de la Iglesia. Al frente de Cristalería Rigolleau, impulsó mejoras en las condiciones laborales y promovió leyes en favor de los trabajadores, como la del salario familiar. También fundó la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), aún activa.
Su compromiso social y católico no pasó desapercibido: durante el gobierno de Juan Domingo Perón fue detenido por su actividad pública. Pero su influencia trascendió las tensiones de época. En 2021, el papa Francisco lo declaró “venerable” y destacó que “era rico, pero santo”, por su forma de conjugar la vocación empresarial con el servicio al prójimo. En su libro “La esperanza no defrauda nunca”, publicado este año, el pontífice escribió: “Pienso siempre en el siervo de Dios Enrique Shaw como un faro a seguir en las buenas prácticas para los hombres y mujeres de negocio de todo el mundo”.
Poco antes de morir, a los 41 años, Shaw fue operado y recibió una transfusión de sangre donada por los trabajadores de su empresa. Aquel gesto lo conmovió profundamente. “Ahora soy feliz, ya que por mis venas corre sangre obrera”, dijo entonces. Su vida, marcada por la fe y el esfuerzo por humanizar el mundo del trabajo, sigue resonando en ámbitos religiosos, empresariales y sociales.
Un legado vigente y un posible milagro
El libro, publicado mientras el Vaticano estudia una curación inexplicable atribuida a su intercesión, muestra también su faceta más íntima: las autoras recurrieron a cartas que Enrique le escribió a su esposa, a testimonios de familiares y a reflexiones personales que dejó por escrito. Según Locatelli y Suárez, Shaw irrumpió en su camino mientras investigaban sobre Mama Antula, la primera santa argentina: “Su legado, más vigente que nunca, demuestra que es posible construir un mundo donde la fe, el trabajo y la justicia caminen de la mano”, afirman en el prólogo.

De confirmarse el milagro, sería el papa León XIV —sucesor de Francisco— quien autorice su beatificación, paso previo a ser considerado santo. La historia de Shaw se suma así a la de otras figuras argentinas que buscan ser canonizadas, pero con una particularidad: su campo de acción fue el mundo empresario, muchas veces alejado de la idea tradicional de santidad.

