Cada 19 de septiembre, en Argentina se conmemora el Día Nacional de las Personas Sordas. Se trata de una fecha en la que organizaciones y familiares difunden y concientizan acerca del respeto por las personas sordas y la necesidad de ejercer de manera plena todos sus derechos.
Según la Federación Mundial de Sordos, existen aproximadamente 70 millones de personas sordas en todo el mundo, y más del 80 por ciento vive en países en desarrollo. Como colectivo, todas esas personas utilizan más de 300 diferentes lenguas de señas.
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Día Nacional de las Personas Sordas: ¿por qué se conmemora cada 19 de septiembre?
El motivo de esta fecha, se remonta a muchos años atrás, en recuerdo de la sanción de Ley 1.666 de creación del primer Instituto Educativo Nacional para Sordomudos. En 1983, el Ministerio de Educación a cargo de Eduardo Wilde, con la autorización del presidente argentino Julio Argentino Roca, envió al Congreso Nacional un proyecto de ley para construir un edificio para el Instituto de Sordomudos de la Capital.
Fue dos años después, el 19 de septiembre de 1885, fue aprobada. Luego, con el paso del tiempo, las personas sordas fueron creando diversas asociaciones y lucharon para que se reconociera el 19 de septiembre como el Día Nacional de las Personas Sordas. Finalmente, fue aprobado por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional N° 10.901, el 04 de diciembre de 1958.
Según informa el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, “cuando se comenzó a pensar en una educación especial, la metodología que predominó estaba enfocada en la oralidad, y se restringía e incluso se prohibía la comunicación a través de señas” y agregan que “fue la base para la creación del novedoso Instituto, propuesto por el médico y legislador Antonio Terry, quien tenía tres hijos sordos”.
Una vez sancionada la ley, la escuela comenzó a funcionar sólo para varones hasta que en 1897 se creó una sección para niñas. Tal como explican desde la cartera nacional, “esa separación física influyó en el proceso de desarrollo del que terminó siendo la Lengua de Señas Argentina (LSA), modalidad que los alumnos practicaban a escondidas en recreos o de noche, porque estaba prohibida”.
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