La interna libertaria sumó este fin de semana un nuevo capítulo, y esta vez tuvo como protagonistas nuevamente a Marcela Pagano y Lilia Lemoine. El detonante fue un proyecto de ley presentado por Pagano, que propone implementar controles anuales y sorpresivos para evaluar la salud mental, física y cognitiva de quienes ocupan una banca en el Congreso.
La propuesta, bautizada como “Ficha limpia psicológica”, establece evaluaciones obligatorias que incluyen test psicológicos integrales, exámenes toxicológicos y análisis neurocognitivos. También prevé controles sin aviso previo cuando se detecten conductas erráticas o agresivas. La iniciativa busca, según la autora, “preservar la ética pública y la confianza ciudadana” en sus representantes.
Lilia Lemoine fue la primera en reaccionar, cuestionando a Pagano en la red social X con un mensaje que mezcló ironía y acusaciones personales. Entre otras cosas, le reclamó que dejara de usar un megáfono en el recinto y de “exponer” a su hija para sacarse fotos con el presidente Javier Milei. Pagano no tardó en responder y lo hizo con munición pesada: le dijo que si el proyecto se aprueba, Lemoine quedaría “automáticamente fuera del Congreso”.
A partir de ahí, el cruce escaló. Pagano se ofreció a realizarse de inmediato todos los estudios que exige su proyecto —psicológicos, físicos, toxicológicos— y desafió a su colega a hacer lo mismo. Incluso propuso agregar una rinoscopia al chequeo. Lemoine redobló la apuesta con una insinuación sobre la paternidad de la hija de Pagano, lo que terminó de romper cualquier límite del debate.
Una interna cada vez más visible en La Libertad Avanza
El cruce se mantuvo entre los temas más comentados del fin de semana en redes sociales y volvió a exponer la tensión interna dentro del oficialismo. Aunque ambas diputadas integran el bloque de La Libertad Avanza y son identificadas con el círculo cercano del presidente, mantienen una relación conflictiva que se hace cada vez más difícil de disimular.
Mientras Pagano asegura que su propuesta es un intento serio de mejorar la calidad institucional, Lemoine y otros sectores del oficialismo la ven como una provocación personal y un gesto de ruptura. En cualquier caso, la pelea no pasó desapercibida: no solo se viralizó, sino que dejó al descubierto una fisura creciente entre dos figuras clave del espacio libertario.