En una entrevista realizada en el programa de streaming “El Loco y El Cuerdo”, conducido por Flavio Azzaro y el expresidente de Independiente, Andrés Ducatenzeiler, el diputado Máximo Kirchner sorprendió a la audiencia con una historia íntima sobre su vínculo con Gimnasia y su familia.
En el programa, emitido el lunes por la noche, Azzaro le preguntó a Máximo sobre su abuela, Ofelia Wilhelm, conocida hincha de Gimnasia y Esgrima La Plata y madre de Cristina Fernández de Kirchner.
La pregunta desató una conversación cargada de recuerdos y anécdotas que revelaron el vínculo profundo de Máximo con el club platense, aunque él mismo se declara hincha de Racing Club, siguiendo la tradición de su padre, Néstor Kirchner.
SU RELACIÓN CON GIMNASIA Y SU ABUELA
La charla comenzó cuando Azzaro quiso corroborar una historia conocida sobre Ofelia Wilhelm: “¿Tu abuela era muy fana de Gimnasia?“, lanzó el periodista. A lo que Máximo, con una sonrisa, respondió: “¿Mi abuela Ofelia? Yo iba a la cancha con ella“.
Recordó sus años de infancia y adolescencia acompañando a su abuela al estadio del Bosque, donde disfrutaban juntos de los partidos de Gimnasia, aunque para Máximo esos equipos no fueran precisamente una elección de éxito futbolístico.
Sesionó el Senado con temario de emergencia
Luego de un cuarto intermedio y de una intensa reunión de labor parlamentaria, en la que acordaron no tratar la “ley corta” pedida por el gobernador Axel Kicillof, la Cámara Alta aprobó temas que se acordaron para no hacer caer la cita legislativa. Magario volvió a cerrar el palco para la prensa.
Máximo Kirchner y el recuerdo de su abuela Ofelia en la cancha de Gimnasia cuando era chico
Para demostrar su amor por el club platense, el diputado incluso se animó a mencionar jugadores icónicos de los ’80, un gesto que dejó claro su conocimiento y amor por el equipo: “Te puedo nombrar planteles enteros de Gimnasia si querés: Mannarino, Mauro Airez, De Pietri, Galvagni y un 5 muy bueno que tenían, Odriozola”.
La mención de esos nombres le dio pie a Azzaro para lanzar una humorada sobre las ‘elecciones futbolísticas’ de Máximo, tanto en su equipo, Racing, como en su acompañamiento a Gimnasia: “Ahora, te gustaba sufrir, ¿eh? Racing y Gimnasia en los 80“, bromeó el conductor.
Sin perder el hilo, Máximo le respondió con una frase que trascendió lo futbolístico y pareció retumbar en el plano político: “Por eso, piensan que nos van a quebrar, ¡no nos quiebran más!”.
Con esta expresión, dejó entrever cómo la resistencia se fue forjando también a través de su pasión por equipos que en aquellos años no estaban en su mejor momento.
La frase pareció ser una figura retórica no solo de su experiencia como hincha, sino su postura ante los desafíos en el ámbito político, aludiendo de manera metafórica a la resistencia y fortaleza del kirchnerismo y de La Cámpora.
GIMNASIA Y RACING, SÍMBOLOS DE SABER SUFRIR
Andrés Ducatenzeiler, histórico rival de Racing como expresidente de Independiente, no se quedó atrás y aportó otro dato curioso sobre la relación entre las hinchadas de Racing y Gimnasia en aquellos años: “Eran amigos además”, mencionó. Máximo corroboró esta amistad, recordando cómo él mismo había llegado a intercambiar camisetas con hinchas de Gimnasia en las tribunas del Bosque.
Este detalle permitió refrescar un aspecto quizás menos recordado del vínculo entre las dos hinchadas y, al mismo tiempo, enfatizó la relación afectiva de Máximo con el club platense.
La entrevista con Azzaro y Ducatenzeiler permitió ver a un Máximo Kirchner relajado, nostálgico y divertido, hablando de un aspecto de su vida poco explorado en la arena política: su amor por el fútbol y el rol que jugó su abuela Ofelia en ese vínculo.
La anécdota con Wilhelm y su pasión por Gimnasia dejó una imagen entrañable de aquellos tiempos, donde el fanatismo se vivía como una tradición familiar y se transmitía de generación en generación.
En un espacio de humor y anécdotas, Kirchner logró reforzar esa imagen de persistencia y resistencia que proyecta en lo político, convirtiendo su historia como hincha de equipos modestos en una alegoría de su experiencia y convicción.
