El ministro de Economía, Luis Caputo, redobló su ofensiva contra el intendente peronista de Pilar, Federico Achával, tras la reformulación de la “Tasa de Protección Ambiental” del 2 % que grava las compras en supermercados e hipermercados del distrito. Con tono irónico y directa provocación, el funcionario publicó en su cuenta de X: “No compren nada en Pilar. No avalen el accionar irresponsable de su intendente”.
“Muy bien la ASU, es lo que hay que hacer: exponerlos. Que todos sepan quien está verdaderamente a favor y quien está en contra de la gente y la industria”, aseguró Caputo.
Caputo respaldó el reclamo de Asociación de Supermercados Unidos (ASU), que advierte sobre los “graves perjuicios” que esta carga fiscal generará tanto para los consumidores como para las propias cadenas, ya que el recargo afecta de forma directa el precio final y podría desalentar las compras justo antes de las fiestas.
Aunque parece un gesto —según Caputo— en defensa de los consumidores, el llamado a “no comprar nada” en Pilar tiene consecuencias contradictorias: si los vecinos toman la consigna al pie de la letra, podrían vaciar los supermercados, arrastrar una caída de ventas y terminar afectando al comercio que se suponía defendían. En otras palabras: lo que aparenta ser apoyo al consumidor podría terminar hundiendo negocios en el distrito.
El episodio se inscribe en un cuadro de tensión más amplio entre la Nación y las autoridades bonaerenses: mientras el gobierno nacional —con Caputo a la cabeza en Economía— cuestiona las subas impositivas locales, la Provincia intenta proteger su estructura fiscal, y muchos advierten que esta pulseada trasciende lo económico y toca el gobierno local, la autonomía municipal y la distribución de la carga tributaria.

