Si Facundo Manes da un paso al frente y encabeza en estas elecciones una lista cien por ciento radical dentro de Juntos por el Cambio, en la UCR bonaerense se gritará tanto o más que el gol de Diego Maradona a los ingleses, en México 86.
El médico parece ser el indicado no sólo para volver competitivo al partido, sino para sanar sus heridas internas. Sin ir más lejos, Gustavo Posse, que le disputó -y perdió- la presidencia del Comité Provincia a Maximiliano Abad, ya adelantó que se alineará detrás de Manes en el caso de que se presente como primer candidato a Diputado nacional.
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Fue durante la última reunión de Protagonismo Radical, el jueves pasado, apenas 24 horas después de que las máximas autoridades de la UCR le ofrecieran la candidatura a Manes, en una cena que tenía comensales de peso. “Nos dijo que si va Manes lo va a acompañar y va a negociar una lista cien por ciento radical”, confió uno de los invitados a INFOCIELO.
“El escenario de estas elecciones es que si va Manes vamos todos unidos contra el PRO. En el caso de que no vaya, la idea es que Protagonismo Radical tenga su lista con Gustavo Posse como primer candidato a diputado nacional”, aseguraron desde ese margen.
GUSTAVO POSSE JUEGA A DOS PUNTAS
Para Posse, que no tiene posibilidad de volver a ser intendente de San Isidro y que sueña con la Gobernación bonaerense, 2021 es el trampolín. Así lo entendieron dentro de Protagonismo Radical, que lanzó un “clamor” para que se presente como candidato. Él respondió: hoy confirmó que será candidato a diputado nacional en las PASO de Juntos por el Cambio.
“Presentamos una lista con mujeres y hombres del radicalismo, del PRO, de origen peronista, con referentes sociales para ampliar la base de sustentación”, declaró, entrevistado en La Noticia Web. La idea, desde ya, choca contra la premisa de una boleta “cien por cien radical” que ilusionó a sus socios hace una semana.
¿Juega a dos puntas? Sí, y tiene que ver con que, por más ganas que le ponga, un eventual alineamiento de Protagonismo Radical con el oficialismo partidario requerirá de acuerdos previos. El más complejo tiene que ver con el armado de las listas, porque los “disidentes” esperan que se les respete la proporción de votos que obtuvieron en las elecciones internas. “Si vamos a una lista pura del radicalismo y hay dos lugares, uno es nuestro”, se plantan.
El problema es que la UCR no reparte así los cargos. “Tradicionalmente son dos lugares para la lista que ganó y uno para la que perdió”, responden en el oficialismo partidario.
LEALTADES CRUZADAS
Más allá de que la unidad de la UCR bonaerense es una oportunidad para “tomar la lanza” en Juntos por el Cambio y crear expectativas para 2023, hay más dificultades en el horizonte. Hay que pensar, por ejemplo, en las “lealtades cruzadas” de Maximiliano Abad y de Gustavo Posse, que deberán dejar en el camino todo lo que construyeron en dos años de funcionar como oposición.
“Abad le debe mucho a Horacio Rodríguez Larreta y a María Eugenia Vidal”, lanzan desde el possismo, anticipándose a la “capacidad de pago” de ese sector. Del otro lado de la grieta apuntan a la sociedad que Posse construyó con Emilio Monzó y sectores del peronismo, y que, afirman, incidieron en la interna radical.
Ambos sectores reparan en un dato crucial. Martín Lousteau, que impulsó la candidatura de Gustavo Posse en la interna de la UCR, aparece ahora alineado con Alfredo Cornejo y Mario Negri, detrás de Manes.
Por eso, aunque hay entusiasmo en ambas veredas, prima por ahora el recelo y la cautela.
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