Una de las grandes dudas que tiene la sociedad a la hora de votar en las elecciones son los límites a las normas electorales establecidas por el Código Nacional Electoral. Un ejemplo es el “voto cantado”, que no se trata de entonar una estrofa a la hora de elegir a tu candidato favorito, sino simplemente de dar a conocer o dar a entender públicamente cuál fue tu voto.
Pese a que la figura de “voto cantado” no está estipulada como tal en el CNE, es así como se le llama popularmente así a la violación del derecho a voto secreto. Según la Dirección Nacional Electoral, “el secreto del voto es un deber durante el acto electoral. Ningún elector puede llegar a la mesa exhibiendo de modo alguno la boleta de sufragio, ni formulando cualquier manifestación que importe violar el secreto del voto”.
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Cabe aclarar que sí está permitido llevar la boleta de sufragio previamente confeccionada, pero no puede ser pública: para eso debe estar guardada en algún bolso, bolsillo o cartera, y ser ingresada en el sobre dentro del cuarto oscuro.
No es la única prohibición en torno a la secretividad del sufragio. Tampoco se pueden entregar boletas en un radio de ochenta metros de las urnas, ni realizar actos partidarios o de campaña, e incluso está prohibido difundir encuestas y sondeos preelectorales. Todo ello desde que comienza a regir la veda electoral.
¿Qué pasa si hago un “voto cantado” y digo a quién voté en las elecciones?
Lo curioso son las penas establecidas para quienes no cumplan con las normas establecidas en el Código Nacional Electoral. Según su Artículo 141, “se impondrá prisión de tres meses a tres años al que utilizare medios tendientes a violar el secreto del sufragio” y según el artículo 142, “se impondrá prisión de uno a dieciocho meses al elector que revelare su voto en el momento de emitirlo”.
Por supuesto, la normativa está orientada a no generar tendencias ni manipulaciones del electorado y que la fiesta de la democracia se desarrolle de manera pacífica y neutral, para todos los candidatos y partidos por igual. Nada prohibe comentar tu elección en privado, por ejemplo en un almuerzo familiar. Tampoco está prohibido contar públicamente a quién votaste luego de que se levante la veda electoral, tres horas después de cerrados los comicios, aunque nadie puede obligarte a revelarlo.
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