La Cámara de Comercio de Empresarios de EE.UU. en la Argentina (AMCHAM) hizo explícito el pliego de condiciones que le impondrán a Javier Milei y al Congreso de la Nación a cambio de empezar a invertir en el país. Reformas laborales, impositivas y una mirada muy osada sobre el cuidado de los recursos naturales
La conferencia de AmCham dejó algo muy claro: la lectura optimista del giro político argentino no alcanza. Para las principales empresas de Estados Unidos, el gobierno de Javier Milei atraviesa “un período de transición” y todavía falta resolver una lista concreta de reformas antes de que los grandes capitales desembarquen. Alejandro Díaz, CEO de la cámara, lo puso en términos simples: hay un “grupo de leyes” que debe aprobarse para destrabar inversiones. El pliego incluye el Presupuesto nacional, una reforma laboral, un cambio profundo del esquema tributario, modificaciones en la ley de glaciares, ajustes en la llamada “inocencia fiscal” y una reforma al Código Penal. Ese combo, según Díaz, debería entrar “en las próximas semanas” para ser tratado en extraordinarias.
El punto más sensible fue la ley de glaciares. El CEO no la mencionó como un ítem más, sino como un obstáculo central para la minería. Sostuvo que la definición de áreas preglaciares genera tal nivel de incertidumbre que directamente frena proyectos de exploración. Algunas compañías, dijo, optaron por avanzar dentro del RIGI igual; otras no lo harán hasta que la ley cambie. La señal es explícita: sin flexibilizar la protección de glaciares, la inversión minera masiva no se moverá.
El otro foco estuvo en la infraestructura estratégica. Díaz advirtió que las obras viales avanzan lento y remarcó que “la Hidrovía todavía no está licitada”. El mensaje no es menor. En la visión de AmCham, la competitividad argentina depende de acelerar procesos logísticos clave, y eso incluye definiciones sobre la principal vía exportadora del país. Si se buscan dólares, insinúa, hay que mover ese expediente.
El resto del diagnóstico fue una mezcla de entusiasmo electoral y prudencia económica. El triunfo legislativo de Milei, según AmCham, consolidó el rumbo político y abrió una ventana para reformas de fondo. Pero al mismo tiempo, el consumo masivo sigue en niveles bajos y muchas industrias operan al 56% de su capacidad instalada, lo que retrasa cualquier decisión de expandir líneas de producción. Aun así, la cámara proyecta un escenario ambicioso: USD 128.000 millones de exportaciones hacia 2033 y una inversión acumulada de USD 180.000 millones, siempre que se aprueben las reformas señaladas.
En paralelo, Díaz habló de aranceles, cupos de acero y aluminio, negociaciones bilaterales y el uso del swap con EE.UU., aunque aclaró que no hay vínculo formal entre ese acuerdo financiero y el capítulo comercial. Para él, el gran condicionante no es el acceso al tipo de cambio, sino el riesgo país y el crédito caro. Si el gobierno logra estabilizar esas variables, asegura, el flujo de inversiones podría acelerarse en los próximos dos años.
El mensaje final fue un resumen del clima empresarial norteamericano frente al experimento argentino: apoyo político, expectativas altas y una lista precisa de condiciones. En ese marco, las reformas ambientales y logísticas ocupan un lugar tan central como la macroeconomía. Para AmCham, acelerar esos cambios no es un deseo: es la llave para que la ola de inversiones avance.
Una por una, las condiciones de la AMCHAM a la Argentina
- Aprobación del Presupuesto nacional.
- Reforma laboral para flexibilizar condiciones y habilitar nuevas modalidades.
- Reforma tributaria que simplifique y reduzca carga impositiva.
- Modificación de la ley de glaciares, considerada por AmCham como una barrera para proyectos mineros.
- Cambios en la “inocencia fiscal” (régimen de responsabilidad fiscal).
- Reforma del Código Penal vinculada a delitos económicos.
- Aceleración de licitaciones de infraestructura, con foco en rutas.
- Definición y licitación de la Hidrovía, señalada como pendiente clave.
- Remoción de trabas regulatorias en minería y servicios.
- Mejoras en el clima de crédito y reducción del riesgo país para facilitar financiamiento.

