“Tenés la lapicera, te pido que la uses”, la frase de Cristina Kirchner al presidente Alberto Fernández en su reencuentro público durante los 100 años de YPF sonó mucho más profunda que el simple pedido de autoridad contra Techint para el gasoducto Néstor Kirchner, que al día siguiente desató el off-gate que terminó en la salida de Matías Kulfas del gabinete.
Y lo fue. Es que, mientras la escena política apuntaba hacia el comunicado off the record del Ministerio de Producción, que hizo trascender y cuestionó la Secretaría de Energía, se sucedieron tres hechos que marcan una seguidilla de gestos del Presidente, preocupado y ocupado por sostener su relación con la líder del kirchnerismo.
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El final de ese capítulo, en el que Alberto Fernández se subió a las críticas públicas que hizo en redes sociales Cristina Kirchner, y usó la lapicera para firmar la renuncia del Ministro, ya es conocido: Kulfas será reemplazado por Daniel Scioli, de aval kirchnerista y buena gestión en Brasil.
Pero hubo otro anterior que, al calor de la agenda política nacional, quedó minimizado. El jueves el presidente convocó a los gobernadores oficialistas a la Casa Rosada y en una mesa amplia les mostró el proyecto de reformar la Corte Suprema, que consiste en cambiar un solo artículo para aumentar el número de ministros de la Corte de 5 a 25.
Visto bueno kirchnerista y pedido de “decisión política”
Los Gobernadores le manifestaron al Presidente que apoyarán la iniciativa. El anuncio público del respaldo lo hizo, como si fuera poco, uno de los más cercanos a la vicepresidenta: Jorge Capitanich, en una conferencia de prensa luego del encuentro.
“Nosotros propiciamos claramente una iniciativa que tiene que ver con el número de la corte equivalente a 25 miembros, la representación de un miembro por cada una de las jurisdicciones”, contó el gobernador de Chaco.
De esa manera, la Corte Suprema de Justicia pasaría a estar integrada por 25 miembros en lugar de 5, de las cuales al menos 12 serían juezas. “La representación de un miembro por cada una de las jurisdicciones, en un contexto de paridad de Género”, agregó Capitanich.
La enfática rueda de prensa del gobernador de Chaco no se condice, sin embargo, con la desconfianza que hay en el seno kirchnerista respecto a la posibilidad de que la reforma se concrete. Saben que hay un fuerte rechazo en el Poder Judicial, y también en el Congreso.
“Para que todo ruede, tiene que haber voluntad política”, señaló una fuente provincial a INFOCIELO. Es, justamente, uno de los principales reclamos que el ala kirchnerista del Frente de Todos le achaca a la figura del Presidente y que dejó en claro Cristina con la frase de la lapicera en el acto de YPF.
Una agenda paralela y el rechazo opositor: Las trabas en el Congreso
Mientras el Presidente apuesta al vínculo de los Gobernadores con sus espadas legislativas, y al visto bueno de Cristina Kirchner, que comanda el Senado, los bloques opositores o disidentes del Congreso no tienen un buen pronóstico sobre el destino del proyecto reformista.
“Cualquier reforma judicial no va a pasar por el Congreso, porque viene de la mano de una disputa política por casos de corrupción entre el poder político y el judicial”, opinó ante INFOCIELO un legislador nacional de Consenso Federal.
Además, mostró su molestia por la negociación de Alberto Fernández de manera directa con los Gobernadores. “No son representantes de los Senadores, no deberían inmiscuirse en un proyecto legislativo”, opinó. Y señaló que, para él, “es imposible que el proyecto avance”.
Algo similar creen desde el PRO. El Diputado Nacional Pablo Tonelli dijo a INFOCIELO que el proyecto “es un absurdo cuyo único fundamento es el fastidio, la bronca que tiene la vicepresidente de la Nación con la Corte Suprema”, y adelantó que votará en contra.
No es un legislador más. Tonelli es también miembro del Consejo de la Magistratura, y vicepresidente de la Comisión de Justicia. Desde ese rol, advierte que detrás de la reforma a la Corte Suprema está Cristina.
“Está claro que el Ministerio de Justicia lo conduce en última instancia Cristina Fernández de Kirchner, no el Presidente. Ella fue la que puso ahí a Soria, la que decidió echarla a Losardo, la que puso como viceministro a Martín Mena”, justificó.
Por último, los legisladores opositores señalan que el avance de la reforma de la Corte Suprema deberá esperar: hoy la agenda legislativa está ocupada en proyectos que calificaron de “pesados”, como la Boleta Única, la reforma a la Ley de Alquileres, el Boleto Federal y el proyecto de Compre Argentino para combatir la inflación.
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