Pablo está al frente de una panadería en La Plata, en la que trabajan un total de 10 empleados. Pertenece a una tercera generación de panaderos. Su padre la compró hace 65 años y él hoy es su actual dueño con 57 años de edad. Desde el último año, y de manera drástica, según contó al móvil de LA CIELO, la crisis lo golpea de manera directa, no solo a nivel comercial sino a nivel personal. “Siempre vinieron a pedir comida, pero hoy es más la cantidad de gente ”.
Es que a la caída de ventas y al aumento de servicios e insumos que sufren las medianas y pequeñas empresas y comercios, a Pablo se le suma ver a diario, en su realidad cotidiana, el aumento significativo en la cantidad de gente que se acerca a su panadería a pedir algo para poder comer. “Cada vez es mayor la cantidad”. Su narración se suma a la de otros comerciantes platenses que relatan con mucha tristeza la situación que están viviendo.
La actual crisis en el día a día de un panadero de La Plata
En sus palabras, aparece otra nueva postal que describe lo cotidiano, el recorte pequeño que cuenta en imágenes lo que a diario atraviesan cada vez más familias; aquello que no aparece en un mero gráfico, ni contado en cifras, ni en la descripción más detallada en porcentajes.
“Lo que más tristeza nos da es la gente grande que viene a pedir por la situación actual que estamos viviendo”, expresó Pablo en la mañana de LA CIELO. “A pedir siempre vino gente, pero lo que más tristeza nos da es la gente grande que viene a pedir ahora, que cada vez es mayor cantidad”.
Según su relato, se percibe mucha vergüenza en gran parte de las personas que se acercan a su local pidiendo comida, llegando a la instancia de ofrecerse para realizar alguna actividad de limpieza en el negocio a cambio de comida. “Se ofrecen a barrer la vereda, a limpiar los vidrios, o hacer algún tipo de tarea”, detalló el comerciante platense.
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“A la tardecita es cuando más vienen. A la hora de cierre quieren llevarse lo que puedan, lo que les demos nosotros. Como nosotros estamos en cercanías del Hospital San Martín, la gente que vive, que pasa la noche dentro del hospital viene mucho a pedir”. Estima un promedio de 50 personas por día van a su panadería a pedir algo para comer. El testimonio aporta una cifra que alarma.
Más de 50 personas por día van a pedirle comida
La crisis también modificó de manera total la dinámica del trabajo en su comercio, teniendo que apartar algo del pan sobrante del día, para poder hacer pan rallado. Al igual que otros comercios del mismo rubro, ante la creciente demanda, puede que se done la totalidad del pan sin quedarse con algunos kilos de más para hacerlo rallado. “En nuestro caso tenemos que reservar un poco del pan que sobra para hacer el pan rallado. Es uno de los productos más vendidos, así que algo reservamos y el resto lo donamos a la gente”.
Ante la falta de ventas, la panadería también se vio en la obligación de tomar la decisión de bajar la producción. “Bajó un 40% las ventas y estamos tratando de bajar la producción al mínimo para no hacer compras de más, porque si no, no podríamos subsistir”.
En lo cotidiano, la baja en las ventas se percibe claramente en el cambio de la manera de consumir de sus clientes. “Antes la gente venía y compraba, ahora, primero pregunta lo que sale y después ve si lleva la mercadería o no”
Hasta el momento, el comerciante aclara que la crisis que vive su local, no ha tenido que trasladarla a la realidad de sus empleados. “No tuvimos que suspender a nadie, pero estamos dando como un franco extra más por semana a cada uno de los empleados que trabajan en la cuadra y reducir los horarios porque la situación ya no daba para más”.
