Sería injusto evaluarlo por lo de hoy, a lo largo del Mundial fue clave para el equipo. Hoy seguro donde el partido y con una actuación descollante en la tanda de penales, atajando dos de ellos.
El grupo y el entrenador siempre lo apoyó, pero la gente y el periodismo tenía dudas con él. Por eso hoy se puede golpear el pecho, mirar a todo a la cara y compartir esta alegría.
Junto a él, el corazón del equipo, el alma y el capitán sin cinta: Javier Mascherano, que fue clave en el final de los 90 minutos salió al cruce de Robben, tapando su disparo que tenía destino de gol.
Es el abanderado del equipo, juega con el corazón en la mano y así está dispuesto a seguir haciéndolo.