Gimnasia recibió un golpe casi de nocaut en el Bosque. Se terminó la paciencia y la calma, el Lobo cayó en un pozo oscuro del que no puede salir y no muestra señales de tener las herramientas necesarias para poder encontrar respuestas y salir del mismo.
El equipo de Diego Flores sufrió una derrota de las que sacan técnicos. No tuvo juego, prácticamente no generó chances y defensivamente brindó muchas licencias, permitiendo que la visita ataque a su merced. Un partido muy flojo en todas las líneas y una hinchada que esta vez se hizo sentir.
El séptimo partido sin triunfos y la goleada en contra ante River fueron el punto de inflexión para los hinchas. Cantos contra la comisión, los jugadores y, quizás uno de los más apuntados, Diego Flores y su cuerpo técnico. A Gimnasia se terminó la paciencia y ya casi no tiene tiempo para revertir la situación.
El equipo se fue reprobado y silbado. Dejó en evidencia sus deficiencias futbolísticas y la falta de individualidad. Pero lo pero de todo, se insiste, no toca fondo y no da muestras de tener la manera de revertir la situación. Ya no hay nombres, cambios o tácticas que puedan brindar soluciones y el equipo cada vez se muestra más inconexo.
Además, si bien está a un punto del octavo lugar, tiene por delante otros cuatro equipos que pelean por ese lugar y que aún tienen un partido menos, por lo que sus chances de meterse en los playoffs son cada vez menos.
Así, Gimnasia se encamina hacía un nuevo fracaso y, posiblemente, se enfrenta ante la incógnita de la continuidad de su DT, que quedó debilitado tras el Clásico y que no logró ganarse su lugar en el club.