“En estas condiciones ha estado Racing. Ha dejado de existir Racing asociación civil”, la frase de la síndico encargada de manejar a un Racing en quiebre generó un impacto demasiado grande en una de las hinchadas más pasionales del país. La Academia venía de flojas administraciones Osvaldo Otero estuvo del 95 al 98 con campañas irregulares pero todo se precipitó con la llegada de Daniel Lalín quien tuvo que dar la cara como presidente tras la palabras de Ripoll y terminó siendo víctima de la agresión en su rostro con un redoblante. Una de las imágenes más clarificadoras de aquel tiempo.
Los y las hinchas se juntaron en Avellaneda primero, al otro día en la 9 de Julio en una caminata (acompañada por la gente de Gimnasia) hasta el Obelisco y el domingo se llenó el Cilindro en un partido que Racing no pudo jugar pero sus hinchas sí. Flavio Nardini, hombre de la Cultura Racinguista e impulsor de la estatua de Mostaza Merlo contaba por entonces “Fuimos al Congreso, defendimos el remate del predio de Villa del Parque (donde la gente se encadenaba), hoy a la distancia son recuerdos lindos de haber estado ahí”.
Racing venía de dos convocatorias de acreedores, la primera por un millón de pesos, la segunda por 12 y la tercera, ya con el dólar uno a uno por 64 millones de la mano de Lalín que explicó lo siguiente: “Entendimos que la única posibilidad que nos quedaba, porque el club ya estaba en convocatoria y no se podía volver a esa situación, era la quiebra con continuidad. Eso nos daba la posibilidad de que Racing siguiera existiendo mientras la Justicia analizaba a si la deuda era legítima o no”.
Cuando se cumplieron 20 años de aquel fatídico momento Racing estaba a punto de ser campeón con Víctor Blanco como presidente y Coudet como técnico y Ripoll dijo sobre aquel día y los que vinieron: ” Me encontré con un club altamente endeudado y con un cierto desorden. Lo dejé con déficit cero porque me lo exigía la ley de quiebras y porque además la sindicatura tiene responsabilidad patrimonial sobre su gestión, con lo cual más allá de ser prolija, estaba defendiendo también mi responsabilidad frente al tema, y me fui dejando un club con U$S 7 millones en plazo fijo en una cuenta a la orden del juez y dejando un club con deficit cero con una situación deportiva que no era la mejor, pero en ese momento estaba saneado el club. Fue buena con un club quebrado y hoy, por lo que veo, me alegra que esté cerca de salir campeón, me da satisfacción”.
Varios 4 de marzo más adelante la frase sigue intactata y Racing no sólo se puso de pie, sino que hoy también está a punto de salir de campeón. Un triunfo sin estrella pero con mucho orgullo por parte de la masa societaria y de su público que siempre resistió el cierre con dignidad y hoy ya no sufre por ser o no ser, sino por los nervios de una final.
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