Gimnasia vivió una jornada que pinta de cuerpo entero su presente. Un verdadero caos. Y es algo que refleja su momento institucional y deportivo. No hay alivio en ningún aspecto. Ni en el económico, ni en el futbolístico, ni en el dirigencial. Y la Asamblea fue testigo de todo eso.
Si bien se aprobó el balance del ejercicio para conservar la institucionalidad del club, se desaprobó la memoria y también el presupuesto, toda una señal de desacuerdo de los socios y socias con esta CD que se termina yendo en una situación muy delicada. Todo, claro, sin contar el nivel de agresiones, con huevazos, botellazos y sillazos, en el que claramente se pasó un límite.
Y en ese marco, hubo una declaración de un integrante de peso de la actual CD que se expresó ante los socios con honestidad brutal: “Nos fue mal, fuimos un desastre, les pedimos perdón”, dijo el secretario general del club, Oscar González Arzac. Está claro que esa declaración lejos estuvo de calmar los ánimos, pero fue sin dudas de las frases del día.

En esas nueve palabras, el dirigente terminó por manifestar su balance de gestión, que está claro que terminó siendo decepcionante incluso para quienes iniciaron este mandato. Ahora, se vienen las elecciones presidenciales que determinarán un nuevo gobierno. Pero está claro, asuma quien asuma, tendrá una misión muy difícil: levantar a Gimnasia de un pozo profundo.

