La ciudad de La Plata va tomando cada vez más temperatura porque entra en los momentos previos a una nueva edición del Clásico Platense. Gimnasia y Estudiantes van a encontrarse en el Juan Carmelo Zerillo, en un partido que va a definir el segundo finalista del Clausura de la Copa de la Liga.
En las instalaciones del Mariano Mangano son conscientes de lo que hay en juego y vienen trabajando con sumo hermetismo, al punto tal que el entrenador Eduardo Domínguez decidió cerrar las puertas hasta para algunos hinchas característicos que suelen ver los entrenamientos bien de cerca.
Más allá de lo que es la búsqueda de la formación inicial, que no tendría modificaciones respecto al triunfo en Santiago del Estero, habrá variantes desde lo táctico y el análisis lógico de las virtudes y falencias que tiene el rival de toda la vida, con un antecedente cercano, pero con una realidad distinta.

Uno de los nombres que buscará meterse en la consideración del Barba en estos últimos entrenamientos es Gabriel Neves, que viene haciendo tareas físicas ya recuperado de su desgarro en el sóleo de la pierna izquierda, pero parece muy complejo que pueda estar en el Bosque este lunes a las 17.00.
Vale recordar que el último juego para el uruguayo fue contra Boca Juniors el pasado 2 de noviembre, cuando fue expulsado a instancias del VAR y recibió tres fechas de suspensión, que luego se redujo a una, pero en un entrenamiento en el Country Club de City Bell sufrió una lesión muscular.
Filas cerradas y laboratorio en marcha
Este fin de semana los trabajos también estarán guardados bajo llave y el cuerpo técnico ajustará los detalles decisivos para visitar 60 y 118, con prácticas este sábado por la mañana y ya el domingo a la tarde para quedar posteriormente concentrados para el duelo más importante del siglo.


