Ignacio Miramón siente a Gimnasia. Lo saben quienes trabajan en Estancia Chica y lo vieron crecer, también aquellos que se lo cruzan en el club cuando el volante se acerca a ver el vóley o a la Reserva. Por eso, el momento que está atravesando en Boca de algún modo se siente tanto en la histórica sede de calle 4 como en el Bosque.
Desde su regreso al fútbol argentino para sumarse al club porteño, el canterano de GELP de 21 años no ha podido asentarse en un arranque incómodo de 2025: una sobrecarga lo dejó afuera de los partidos frente Argentino de Merlo (5-0, por Copa Argentina) y de las primeras tres fechas del Apertura. Y, tras reaparecer después de dos partidos en el banco, luego de sus 73’ ante Banfield sufrió un desgarro.
Con apenas 101 minutos en cancha desde que inició la temporada -que contrastan con los 908’ de su primer semestre en Boca- las posibilidades de que Miramón siga en Boca cuando finalice su contrato es baja. No sólo por su performance: también por cuestiones contractuales.
Por qué es difícil que Miramón siga en Boca
Dentro del acuerdo de cesión cerrado con Lille en 2024, Boca aceptó incluir entre otras cláusulas una que lo obliga a abonar € 3.000.000 por la ficha de Miramón si el jugador firma planilla en el 70% de los encuentros de la temporada.
Hasta el momento Nacho lleva apenas 20 partidos -15 de ellos, con Fernando Gago- promediando 50 minutos por compromiso.
Miramón sigue lejos de aquel nivel que mostró vistiendo la camiseta de Gimnasia. Promovido al primer equipo por Diego Armando Maradona, Nacho debutó en el Lobo el 19 de febrero de 2021 cuando le tocó relevar a Eric Ramírez en la victoria 3-0 ante Talleres.
Fue el primero de sus 31 encuentros, apenas, con GELP antes de ser transferido al Lille francés en agosto de 2023 en una suma cercana a los u$s 4.000.000 (más un 15% de plusvalía).
Un salto que no fue el que esperaba: Miramón llegó a jugar sólo cuatro partidos -todos ellos en el primer equipo, participó de otro en el filial- antes de pegar la vuelta al fútbol argentino.
Su estadía en Boca, al parecer, tiene fecha de vencimiento. Y mientras Gimnasia no pierde la esperanza de repatriarlo en un futuro, ahora lo acompaña y lo arropa. Alentándolo cuando él, como siempre, decide volver a casa. Donde siempre se sentirá cómodo.