Al cumplirse 25 años del último ascenso de Estudiantes, varias historias salieron nuevamente a escena y una de ellas fue el debut de Juan Sebastián Verón en el club que lo vio nacer futbolísticamente, y que luego lo vería coronarse campeón y ser presidente.
El por entonces “hijo de Verón” como le decían algunos en el club, tuvo que lidiar con el mote que le pusieron producto de la gran carrera que hizo su padre y los logros que alcanzó con el Pincha. Pero el 10 de julio de 1993 empezó a escribir su propio camino cuando debutó en la Primera División. Su estreno fue en la Copa Centenario, mientras que su primer partido en un torneo regular de AFA lo tuvo en 1994, el 24 de abril, cuando jugó ante Deportivo Mandiyú.
La llegada de Juan Sebastián Verón a Primera estuvo marcada por el descenso. Aquel equipo lleno de chicos surgidos de las divisiones inferiores pagó muy caro las malas decisiones de la Comisión Directiva. Su revancha, la tuvo en la temporada 1994-1995 cuando se afianzó en el equipo en la Primera B Nacional.
“Conocíamos a Sebastián (Verón), no con toda la inmensidad. También tuvo un desarrollo muy rápido e importante”, empezó recordando Miguel Ángel Russo, entrenador de aquel equipo del ascenso, en diálogo con CIELOSPORTS.
Y agregó: “el primer día que jugó marcó una diferencia y abismal. Sebastián era un jugador completo, de toda la cancha y que se reafirmó con los años y con lo que vivió en su carrera”.
“Todos nos hablaban mucho de él. Eduardo (Manera) era amigo de Juan Ramón (Verón) y todo eso ayuda y te va llevando. Sebastián le agregó todo lo suyo y cuando entró, no salió más. Es un jugador distinto”, explicó el entrenador al explicar el conocimiento previo que tenían sobre el insipiente jugador, que luego terminó haciendo historia.