Si hubo una bandera de Estudiantes en esta serie fue Guido Carrillo. El goleador, que metió el gol de la esperanza en Río y que batalló como un gladiador en UNO, fue sin dudas la gran figura del Pincha en la serie. Esta vez no hizo goles, pero fue partícipe de la acción que le permitió a Benedetti clavar el 1-0 que llevó la serie a los penales. Y después, dejó todo. Peleó cada pelota, exigió a los defensores rivales y se sacrificó por el equipo.
Por eso, el goleador se fue con la frente en alta. Aunque con el dolor de la situación. “Duele mucho, creo que estuvimos a la altura, ellos tienen una jerarquía enorme. Les jugamos de igual a igual, pudimos hacer un gol más, pero bueno. No hay consuelo, pero tampoco nada para reprocharse”, contó el goleador tras el partido.

Y después, se refirió al vínculo entre la gente y el equipo, que una vez más mostró el espíritu con el que Estudiantes juega la Copa Libertadores. “Agradecer a toda esta gente, que apoyó en todo momento. Quedó demostrado que hicimos un gran partido, la forma duele, porque se hizo un sacrificio grande”, agregó el goleador.
Y por último, dejó la bandera bien arriba. “Hicimos un partido completo, lo manejamos de principio a fin, con el tiempo nos quedará que estuvimos a la altura. Pero en este momento no hay consuelo”, finalizó.