Lillian Clarke es una mujer bellísima de 90 años, con una sabiduría y un vuelo al hablar que deja atónito a cualquiera. Además de escritora, madre de Gustavo, Estela y Laura, abuela y pronto bisabuela, es actriz.
Si bien ella cuenta que no ha podido desarrollar ampliamente su deseo de actuar, ha tenido la oportunidad de hacerlo en algunas ocasiones en obras de teatro y asegura que es su vocación, junto con la de escribir y volar con su imaginación inagotable.
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El domingo se cumplieron once años del accidente de Gustavo Cerati y del comienzo de una etapa difícil y dolorosa en su vida y la de su familia. Cuando le preguntan por Gustavo, Lillian lo recuerda siempre feliz, y en este caso, respondió qué le agradecería: “En primer lugar le agradecería que fuera mi hijo”, y luego agregó “Yo con Gustavo me llevaba muy bien porque nos comprendíamos juntos, pero también es el dolor tan grande haberse ido joven”. Escuchala:
Lillian Clarke junto a la obra de su nieta Guada Mujica Cerati
Hija de un padre talabartero y una madre ama de casa, Lillian Clarke ha dedicado gran parte de su vida a criar a sus hijos junto a su marido y compañero de vida, Juan José Cerati, y también se ha permitido explorar sus más íntimos deseos en relación al arte y la escritura. De hecho, en el año 2015 Lillian publicó su libro “Hebras… solo hebras”, en el que incluye una recopilación de cuentos y poesías que ha escrito a lo largo de su vida, junto con las bellísimas ilustraciones de su nieta Guadalupe Mujica Cerati, que es artista plástica y astróloga.
En relación al ejercicio placentero de la escritura, Lillian escribe en la contratapa de su libro: “Si tuviera que sintetizar en una palabra el alboroto espiritual y afectivo que me produce comenzar a imaginar una historia, creo que la palabra que utilizaría sería LIBERTAD”: Y luego agrega: “Al haber estructurado mi vida -deliberadamente- dentro de un sistema establecido, que medio seguridad y confort, sepulté a una audaz, soñadora y rebelde muchacha, siempre interesa en el arte, la política y los problemas sociales”.
En diálogo con Infocielo, Lillian habló sobre la situación actual de la sociedad, y recalcó, como siempre lo hizo, la necesidad de ser activos con el cuidado del medioambiente, así como también erradicar el odio entre las personas. Su deseo: que reine la paz en Argentina y en el mundo. Escuchá el audio:
A sus 40 años, y luego de haber criado a sus tres hijos, Lillian decidió estudiar la carrera de Ciencias de la Educación y se recibió. Cuenta que fue un desafío para ella poder tomar la decisión en una época en la que no era tan común que la mujer tenga la doble y desafiante tarea de maternar y estudiar una carrera universitaria. Pero se animó y lo hizo. Así como también recuerda que en las épocas de Soda Stereo acompañaba a su hijo a las giras junto a su marido. Viajaron y recorrieron varios lugares del mundo juntos.
Lillian recuerda a su marido como un capricorniano fuerte, honesto, trabajador, inteligente, perseverante, amoroso y con mucho sentido del humor. Se conocieron en la empresa Esso, donde ambos trabajaban, él como ejecutivo y ella como taquidactilógrafa (transcribía anuncios e informes de la empresa en máquina de escribir). Vivieron juntos hasta el año ’92 cuando Juan José Cerati falleció a causa de un cáncer de pulmón. Sin dudas, ambos propiciaron el desarrollo de la carrera de Gustavo, que pasaba horas y horas en la casa “con la guitarrita”, como recuerda su madre. Luego fue una fiel seguidora de su carrera y espectadora de todos sus shows en Buenos Aires.
Durante los cuatro largos años de internación de Gustavo, Lillian visitó a su hijo todos los días, de lunes a viernes, sin excepción. Lo acompañó y lo mimó hasta el día en que él decidió irse. Hoy, lo recuerda como un niño muy simpático, picarón y con muy buen humor, aunque lamenta que “se le fue muy pronto”.
Por último, Lillian hizo referencia a la llegada de su primer bisnieto, que será en octubre:“No hay nada más lindo que ver el nacimiento de alguien y mucho más si pertenece a nuestra zona”.
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