Llamativamente poco es lo que se compara la actual pandemia de coronavirus con la de la Gripe Española, última que le tocó atravesar a la humanidad, hace un siglo.
Si bien el contexto, el número poblacional, la ciencia, las comunicaciones y el transporte eran absolutamente diferentes al actual, hay que reconocer que es el único y mayor antecedente a escala planetaria del que se tenga registro.
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Lo vago de las estadísticas en aquel comienzo de Siglo XX, sumado al final de la Primera Guerra Mundial, hizo que muchos países no suministraran datos fehacientes para no brindar información de soldados caídos al enemigo. Por eso, los números de fallecidos que se manejan durante la llamada Gripe Española varían en ni más ni menos que 50 millones: Algunos hablan de ese número y otros de exactamente el doble.
Ya está habilitado el andén 2 de la Estación Darío Santillán y Maximiliano Kosteki del Tren Roca
A diez años de que se instalaran los andenes provisorios. se inauguró el andén 2 de la estación Dario Santillán y Maximiliano Kosteki del Tren Roca.
Hay que tener en cuenta que, a casi un año y medio de declarado al coronavirus como pandemia, la cantidad de fallecidos a nivel mundial alcanza, según la Universidad John Hopkins al momento de ser escrito este artículo, casi 3 millones y medio de seres humanos: es decir menos del 8 % de los que provocó la llamada Gripe Española.
Si se toma en cuenta la cantidad de habitantes que tenía el planeta hace un siglo, que era de 1.860 millones de personas, y siempre utilizando la cifra mínima de 50 millones de muertes para 1920 con aquella enfermedad, se puede estimar que murió el 2.68% del total de humanos, una cifra que extrapolada al número de personas que habitan la tierra en el presente, arrojaría el escalofriante valor de 210 millones de muertes para igualar semejante letalidad.
Por suerte, sería absolutamente impensado, incluso al ritmo lento que lleva la distribución de las vacunas en el mundo, que se aproxime siquiera a esa cifra en esta pandemia.
Se debería multiplicar los fallecidos hasta ahora por 60 para alcanzar esa proporción.
De no mediar nuevas mutaciones que hagan inútiles a las vacunas, parece improbable que el coronavirus termine desplazando la letalidad de la Gripe Española como la más cruenta de la era moderna, tanto en términos relativos, como también absolutos.
¿Cómo le fue a la Argentina en aquella pandemia en relación a la actual?
Esa pregunta es interesante para poder comparar la incidencia que tuvo la única pandemia del siglo pasado con la que toca atravesar ahora en los países en los cuales no nació ni se propagó tan abundantemente la Gripe española, en comparación con el coronavirus.
Al no existir todavía la aviación comercial, y no haber tanto flujo rápido de personas en tan poco tiempo (los barcos demoraban hasta 1 mes en llegar de Europa), era posible detectar la enfermedad en el trayecto de un país a otro y aislarlo con más certezas.
Si bien no está claro si el virus de la Gripe Española pudo ser transmitido por asintomáticos, claramente la incidencia en nuestro país fue menor en números absolutos.
¿Qué resultado arroja si se compara con las cifras relativas a la cantidad de población del momento?
Argentina tuvo 14.997 muertes informadas oficialmente por Gripe Española.
Al día de hoy el coronavirus quintuplica ese número, con más de 75 mil fallecidos en nuestro país.
Sin embargo midiendo esa cifra en proporción a la cantidad de habitantes de Argentina en 1920, que era de 7 millones 800 mil personas, y calculando que hoy somos 45 millones, da un resultado por el cual se podrá decir que el coronavirus impactó aún peor que la Gripe Española en nuestro suelo, cuando el número de muertes supere los 90.000, lo cual, lamentablemente, al ritmo actual no está demasiado lejos de suceder.
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