Las calles céntricas de la ciudad de La Plata se habían llenado de gente. Era la semana previa al día del padre y entre la urgencia por salir a comprar regalos y el aparente hartazgo de cien días de cuarentena, los platenses salían de sus casas y copaban los centros comerciales.
Una semana después, llegó el anuncio de la vuelta a la fase 1 del aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia del coronavirus en los distritos que componen el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
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En la capital bonaerense, los casos de COVID 19 se duplicaron. Hace dos semanas contabilizaban 408, con 14 personas fallecidas. Hoy son 848 y 23 víctimas fatales.
Las calles de La Plata se habían llenado de gente en los días previos al día del padre.
La medida anunciada por el presidente Alberto Fernández comenzó a regir el pasado miércoles 1 de julio, y se extenderá hasta el 17 de este mes, fue la salida de emergencia que encontraron las autoridades nacionales y provinciales ante el aumento en la curva de contagios de Covid-19 y frente a la inminencia de la tan temida saturación del sistema sanitario.
Las condiciones de la nueva cuarentena estricta y la multiplicación de los controles sanitarios y de seguridad en los distintos puntos clave de la ciudad; se sumaron a un renovado pedido de las autoridades para que la población permanezca en su casa y que sólo sean los trabajadores esenciales los que circulen por las calles y utilicen el sistema de transportes.
La ciudad volvió a estar más parecida a los primeros días de cuarentena: persianas bajas y poca gente.
La vuelta a la primera fase se notó en las postales de las calles de la capital provincial que volvieron a estar como a mediados de marzo, en el principio de la pandemia en Argentina.
Persianas bajas, pocos autos y muy pocas personas circulando a pie por las calles del centro se repiten en las fotos que, comparadas con las imágenes de hace dos semanas atrás, ahora muestran una ciudad que volvió a estar en cuarentena después de lo que parece haber sido “un recreo no autorizado” para los platenses.
Sólo los comercios de rubros esenciales pueden levantar sus persianas.
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