Una nota publicada por el historiador Hernán Brienza hace 14 años y que La Cámpora interpretó como “manual de operaciones” reavivó las tensiones en el peronismo a partir de un planteo del dirigente Ramón Prades García.
El texto en cuestión fue publicado en el diario Tiempo Argentino en un momento bisagra del kirchnerismo, cuando se planteaba el “trasvasamiento generacional” y florecían organizaciones vinculadas a la juventud, que más tarde sucumbieron ante la potencia de la agrupación de Máximo Kirchner.
Prades García sostuvo que ese momento explica la actualidad del peronismo: “se conurbanizó, solamente habla de la contención social, ya no tiene ideas nacionales, se fragmentó en términos individuales, familiares y provinciales”. En ese aspecto consideró que el PJ “se desintegró en términos nacionales” por “un negocio” y que sus máximos dirigentes son “emergentes de Capital y Gran Buenos Aires”.
En la génesis de esta situación, el dirigente peronista situó los actos de septiembre y octubre de 2010 que significaron la emergencia de Unidos y Organizados, y especialmente una nota periodística que se publicó por aquella época con la firma de Hernán Brienza, que más adelante se haría cargo del Instituto Nacional de Capacitación Política (INCAP).
¿Despotismo ilustrado del siglo XXI?
“Hay un intelectual que hizo un texto y que La Cámpora tomó al pie de la letra -lo he hablado con dirigentes- e hicieron un manual de operaciones. Brienza hablaba de armar unidades rápidas de intervención en el peronismo federal y alambrar al peronismo provincial y a los intendentes. Porque no confiaban en ellos”, sostuvo durante su intervención en el stream político Parecemos Buenos Amigos, de INFOCIELO PLAY.
“Fijate la arrogancia de no confiar en ninguno de los miles de dirigentes que tenían representación territorial concreta. Te doy un caso concreto: cuántos votos sacó el peronismo en Jujuy: irrelevante. ¿era tan malo Fellner? ¿Era tan restauración conservadora que había que destruirlo y sacarlo a patadas?”, se preguntó luego.
La aplicación del “manual de operaciones” propiciaba que, por ejemplo, indicó Prades García, se agarrar “un dirigente de Jujuy, joven, con proyección, que podría haber sido diputado provincial, que era respetado, y se lo metía en una estructura nacional y se lo mandaba a hacer murales en Chubut”. Esa estrategia, concluyó, “le permitió a determinadas organizaciones llenar listas porque habían vaciado de representación los territorios”.
Desde la red social X, Brienza recogió el guante. Dijo que el planteo “es una gilada” y que el “manual de operaciones” no es otra cosa que “una nota que escribí un domingo para Tiempo Argentino” hace “14 años”. Prades García intervino en la charla y replicó que el documento “estuvo 2 años en la página de inicio de La Cámpora”. “No es personal, Hernán, es político. Hace 14 años no tenías 16”, cerró.
Nota dominical o manual de operaciones
El documento en cuestión sigue alojado en los servidores de la web de La Cámpora y es de acceso público. Se puede consultar siguiendo este enlace.
En el desarrollo, Brienza plantea que el gran desafío del kirchnerismo es formar un aparato orgánico, ágil y de amplio alcance que trascienda las viejas estructuras del Partido Justicialista — demasiado acostumbrado a la lógica de gobernadores que “alambran” sus territorios y reproducen inercias políticas y económicas.
Más allá de una mera transversalidad, se trata de tejer una herramienta política que combine presencia territorial, formación ideológica y capacidad de debate interno, que funcione independientemente de los ciclos electorales.
En ese marco, Brienza destaca que Unidos y Organizados aparece como la estructura estrictamente kirchnerista que aspira a cumplir funciones clave: ser semillero de nuevos dirigentes, controlar calidad ideológica, abrir espacios propios en territorios adversos, contener sectores no justicialistas del kirchnerismo y ofrecer un dispositivo político que pueda operar “pase lo que pase” en 2015, 2019 y más allá. Pero advierte que para ello no basta con la distribución de recursos y planes sociales: es indispensable una batalla cultural que llegue a los rincones del país, desafíe las zonas de dominación de las oligarquías provinciales y potencie la capacidad del Estado frente al mercado.

