Como estaba previsto, el presidente de la Nación, Javier Milei, habló en la asamblea de la Organización de Naciones Unidas (ONU). El auditorio estaba semivacío, pero no deja de ser una de las oportunidades más importantes para que un país se posicione en la comunidad internacional. ¿Cómo queda Argentina tras su discurso?
Tras las críticas de un senador nacional, desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires ensayaron una respuesta a esa pregunta. Maximiliano Abad calificó la postura de Milei como “aislasionista e incomprensible“. El ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, se manifestó en la misma línea.
“Milei dejó en claro el rol que pretende para la Argentina en el escenario global: el de un país solitario, subalterno y conspirativo“, advirtió. Según el funcionario de Kicillof, el libertario “no pretende una Argentina libre y soberana”. “Su único propósito es ganarse la simpatía de actores transnacionales para quienes la defensa de la soberanía y la salvaguarda de derechos económicos y sociales son un obstáculo”, completó.
Más allá de las declaraciones, lo concreto es que Milei rechazó el llamado Pacto del Futuro, una suerte de acuerdo internacional para cumplir los objetivos ya acordados en la Agenda 2030. Esto dejó a Argentina en un posición muy minoritaria ya que la gran mayoría de los países se manifestó a favor de dicho pacto.
Frente a esto, Bianco aseguró que Milei promueve “una soberanía paranoica que ve enemigos en agendas de desarrollo”. “Argentina no puede darse el lujo de hipotecar su futuro en favor de un proyecto anti-nacional, anti-desarrollo y anti-derechos”, añadió quien se encarga de las relaciones internacionales bonaerenses.
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En este sentido, desde el gobierno bonaerense pidieron promover el “multilateralismo” para “hacer valer sus intereses frente a las grandes potencias”. “Necesitamos una labor diplomática que no fabule conspiraciones, sino que muestre a Argentina como un socio racional y confiable“, sentenció.
