Luis Otero, la cara de la señal Todo Noticias a lo largo de los últimos trece años, acaba de dar un portazo: deja el periodismo para lanzarse a la arena política, con el objetivo de convertirse en el próximo intendente de Avellaneda, una ciudad donde gobierna el ultrakirchnerista Jorge Ferraresi.
El primer obstáculo para los planes de Otero es la casi segura candidatura de Gladys González, senadora nacional del PRO, que desde hace años trabaja para destronar a Ferraresi. Lo que parecía una interna segura tiene, sin embargo, un gran signo de pregunta encima.
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El propio Otero se encargó hoy, durante una entrevista concedida a Todo no se puede, en el aire de FM CIELO 103.5, de abrir las puertas a un acuerdo electoral. “No sé si las va a haber”, dijo, en referencia a la instancia de competencia interna, en el marco de las Primarias Abiertas que establece la ley.
“Es un tema que tiene que resolver el partido radical y la convergencia política. No soy autoridad partidaria, lo tienen que resolver los que tienen que resolverlo”, se excusó, aunque advirtió que no le interesa ningún otro lugar en la boleta: “Estoy para esto, me decidí para esto y me propusieron esto, otra cosa no voy a ser”, subrayó.
Otero defendió su postulación, aún en el marco de la profunda crisis económica y de su impacto en la imagen del presidente Mauricio Macri, que, claramente, perjudica sus propias chances electorales. “Hablamos del municipios, sin nacionalizamos todo se me pone en un segundo plano la idea de la elección nacional. Yo me voy a concentrar en la elección municipal”, dijo, despegándose de Macri.
Claro que más tarde admitió que él mismo evaluó el tema “en su momento”. “Es probable que sea el peor momento, lo digo yo. Y en el peor momento es cuando me parece a mí que hay que poner el hombro y el pecho para que las cosas vayan mejor. No hay posibilidad de especular para mí”, confesó.
También abordó el tema de las críticas que le llovieron de parte de quienes entendieron su renunciamiento y vuelco a la política como una suerte de confesión de parcialidad, o de afinidad con el Gobierno. “Son apreciaciones cargadas de subjetividad, me parece que me tendrían que conocer un poco más, escucharme en esta otra función”.
“Si hubiera sido así, es una asociación posible, pero yo renuncié a mi trabajo, me fui sin indemnización y por la puerta grande, porque las cosas no se mezclan”, remató.
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