La llegada masiva de motoqueros con chalecos de cuero, barbas tupidas y banderas con alas rojas revolucionó por completo la ciudad de La Plata. Son los Hells Angels —“Ángeles del Infierno”—, la emblemática cofradía nacida en la posguerra estadounidense, que volvió a reunirse en el país después de más de una década.
Según estimaciones oficiales y reportes locales, ya hay alrededor de 150 integrantes hospedados en el Hotel Grand Brizo y otros alojamientos céntricos, y se espera que en los próximos días lleguen hasta 2.000 participantes. El motivo: el World Run, un encuentro internacional que el grupo celebra cada año en distintos puntos del planeta.
“Queríamos mostrarles lo que era la capital de la provincia”, explicó uno de los miembros de Hells Angels Argentina, al ser consultado sobre por qué eligieron esta vez La Plata, luego de haber realizado el evento anterior en Buenos Aires, en 2014.
“Es una fiesta motociclista, no hay nada detrás”
El encuentro de moteros (como prefieren ser llamados, en contraposición al mote de motoqueros), se extenderá hasta el 18 de octubre y reúne a integrantes de distintos capítulos del mundo. En su mayoría provienen de Estados Unidos, Europa y países limítrofes, aunque solo quienes viven en la región llegaron en moto.
“Estamos festejando la fiesta anual. Nos reunimos entre 500 y 600 miembros, intercambiamos culturalmente, comemos, escuchamos música, disfrutamos. Esto es una hermandad, un movimiento motociclista, 100% nuestro”, explicó el vocero argentino del grupo sobre la celebración que dura 48 horas.
También destacó el impacto local que genera la reunión:
“Logramos completar todo el cupo completo de los hoteles de La Plata, los bares también llenos. La gente está contenta, porque aunque sea por dos o tres días le damos una alegría. Saben que Argentina está en el mapa”.
El cronograma del World Run incluye recitales, exhibiciones de motos y reuniones entre los distintos capítulos internacionales. Aunque algunos sectores de la ciudad manifestaron preocupación, hasta el momento no se registraron incidentes.
De California al mundo: la hermandad que nació del abandono
El movimiento Hells Angels se gestó en Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial, cuando muchos veteranos regresaron a un país que ya no los esperaba. Lejos del reconocimiento prometido, fueron marginados y empujados a la intemperie social.
“El Estado los margina, como pasó acá con los combatientes de Malvinas. Les pagaron con motos y les dijeron ‘arréglense’. Y ahí empieza el movimiento: la libertad, andar en moto, no depender de nadie”, relató uno de los miembros argentinos.
De aquel vacío surgió una forma de identidad y de compañía: una hermandad sobre ruedas, que con el tiempo se expandió por todo el mundo. En sus símbolos, tatuajes y rituales se mezcla la nostalgia por lo perdido con una idea de comunidad que sobrevive a las fronteras y a las décadas.
“La sociedad nos encasilla por películas que mostraban a tipos con barba que entraban a los pueblos y destruían todo. Pero eso son historias. Nosotros somos un club, una hermandad”, aclaró el motociclista argentino.
Una fiesta que dura dos días
Más allá de los prejuicios, la presencia del grupo en la capital bonaerense genera curiosidad, asombro y también movimiento económico. “La Plata está de fiesta”, resumió el vocero, que se mostró orgulloso de haber convertido por unos días a la ciudad en el epicentro del universo motociclista.
El grupo se prepara para celebrar su encuentro de dos días en un predio en Berazategui a donde ya comenzaron a trasladarse desde La Plata a bordo de diferentes colectivos privados. Mientras tanto, siguen sorprendiendo a los lugareños copando las plazas, bares y calles céntricas.
Los Hells Angels llevan más de 30 años de presencia formal en Argentina y aseguran que su visita busca “celebrar la hermandad” más que generar controversia. Por ahora, las calles platenses son su escenario, y el eco de los motores deja en claro que, detrás del cuero y los parches, hay una historia que todavía late.