El líder de la barra de Independiente Pablo “Bebote” Alvarez deberá cargar con tres años y medio de condena según lo determinó el Tribunal Oral Número 5 de Lomas de Zamora que rechazó el pedido de nulidad de la defensa del barra y lo encontró responsable del delito de extorsión en grado de tentativa. En 2017, Álvarez espero a que termine el entrenamiento de Indepediente para meterse en el auto del entonces técnico del equipo, Ariel Holan, y lo extorsionó con un pedido de 50 mil dólares para financiar el viaje de la barra roja al Mundial de Rusia.
En aquel entonces la situación derivó en la renuncia del entrenador auqnue después de una charla con la dirigencia retomó su cargo pero esta vez realizando la denuncia que un principio había decidido no hacer. Hoy la Justicia se terminó por expedir en el caso pero es pertinente aclarar que Álvarez no será encarcelado sino que continuará con la prisión domiciliaria que lleva adelante desde entonces monitoreado por una pulsera electrónica.
Durante el juicio, que comenzó el 9 de octubre, Holan relató que después del hecho habló con el presidente Hugo Moyano, quien en ese entonces le respondió: “Si vos le das un peso, yo te echo“. Además, el DT confesó que cuando Álvarez se bajó del auto al cual se había subido para hablar con él le dijo: “Ya nos vamos a volver a encontrar”. Holan reconoció haber ido a muchas peñas, a las que concurría gente que pagaba con el objetivo de recaudar plata para los viajes y tratamientos médicos de la barra brava.
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El día y los hechos
El episodio ocurrió el jueves 19 de octubre del 2017 cerca de las 13:30 sobre el acceso Sudeste, a la salida del club, cuando Holan iba en el Ford Focus de Javier Tellechea, uno de los integrantes de su cuerpo técnico. Ahí, fueron interceptados por dos motocicletas y de una de ellas bajó Pablo Álvarez en su condición de líder de la barra de Independiente, quien lo obligó a que le abriera la puerta del vehículo para que se suba.
“Bebote” les ordenó que continuaran la marcha (seguidos de las motos y varios automóviles) y le exigió a Holan en tono hostil la entrega de 50 mil dólares, porque era “el único director técnico que no lo hacía”. Luego de circular durante unos quince minutos, Álvarez le ordenó que detuviera la marcha en la esquina de la avenida Debenedetti y Coronel Suárez de Dock Sud, descendió del rodado y se dio a la fuga junto a los sujetos que los habían acompañado durante todo el trayecto.
