Antes de tener sus primeros minutos en la máxima categoría, Nicolás Ortiz tuvo que esperar mucho tiempo para tener su chance en primera e incluso se tuvo que ir a probar suerte a Estudiantes de San Luis.
Estando en el club puntano, comprobó lo que significaba estar en un club como Gimnasia por varias de las diferencias que encontró y vivió: “El primer día que fui a Estudiantes de San Luis no tenía ropa para entrenar, le tuve que pedir al utilero. Ahí valoras lo que es Gimnasia, uno valora después el estar lejos de la familia. A mis compañeros les dije que valoren estar acá”.
A la hora de hablar de lo que sintió antes de saltar al campo de juego, destacó: “Mi papá me decía que esté tranquilo, que esto me lo había ganado yo, que disfrute si me tocaba entrar. Es un sueño que esté ahí en el Campus. En séptima él me había dirigido y yo también había hecho un gol, ahí fueron varios partidos”.
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En base a su gol, fue totalmente sincero: “No tenía ni pensado hacer uno, por eso lo festejé como lo vieron, como me salió. Lo hice con la gente, pensé en ir a abrazar a mi viejo pero estaba lejos.
A su vez, resumió lo vivido ante Newell´s en el cierre de la Superliga: “Lo vivido el lunes fue increíble. El debut, que esté mi viejo en el banco, hacer un gol en el Bosque y ganar, no le puedo pedir más a Dios”.
Por último, contó cómo se viene tomando la carrera y lo que se propone hacer: “Solo trato de concentrarme en mi trabajo, en hacerlo bien, después lo que digan no me importa. Yo solo quiero hacer las cosas bien. Antes del partido me transpiraban las manos, después ya me concentré en el juego. Los grandes me habían pedido que hable, en esa posición es clave y por eso ya estaba metido”.
