La cosa está difícil porque el Lobo no despega. Hasta hace algunos partidos, ganaba alguno, perdía otro y la cuenta más o menos cerraba. Pero en los últimos cinco partidos la historia se complicó: perdió cuatro de los últimos cinco partidos y los resultados empiezan a incomodar al entrenador, que este viernes se fue recaliente de la cancha de Riestra.
En las primeras cuatro fechas del torneo el Lobo tuvo saldo positivo. Derrota con Instituto, empate con San Lorenzo y victorias sólidas ante Independiente y Godoy Cruz.
Pero de ahí en adelante la solvencia se desmoronó. Derrotas en fila ante Lanús y San Martín de San Juan, triunfo ante los tucumanos y caídas ante Unión y Riestra. Si, solo tres puntos de 15 posibles que hipotecan la confianza que el equipo pareció tener en el tramo inicial del campeonato.
Un fixture complejo
Si bien los partidos hay que jugarlos, de antemano el Lobo inicia la etapa más compleja del campeonato. Por la jerarquía de los rivales y por el rendimiento mostrado hasta el momento.
El puntapié inicial será el sábado próximo, cuando reciba al Central de Di María en 60 y 118, desde las 14.30.
En la fecha siguiente visitará a Sarmiento en Junín y luego recibirá a Talleres en El Bosque, en dos duelos claves para no complicarse con la permanencia en Primera División.
Posteriormente, los partidos de la muerte: visitará a Estudiantes y River y recibirá a Vélez, para cerrar el torneo ante Platense.
Si el equipo no quiere tener complicaciones y pelear por un lugar en el reducido tendrá que mejorar y mucho para no sufrir sobresaltos como los que tuvo en los últimos partidos y se transformaron en un dolor de cabeza para el club en general.