Dave Grohl, cantante, guitarrista y compositor de Foo Fighters, ya se encargó de decir en reiteradas entrevistas que este disco sonará muy distinto a lo que sacaron anteriormente. Pero, repasemos qué mostraron hasta ahora.
Es fácil afirmar que Foo Fighters es una verdadera banda de rock, pero la cosa se pone difícil cuando hay que encasillarla en subgéneros. Ellos se han descripto en los comienzos con una banda de rock alternativo, post-grunge y hard rock. Lo cierto es que a lo largo de los años, se han introducido en el género acústico más suave como en “Walking after you”, pero al mismo tiempo se los pudo escuchar volviéndose locos haciendo punk-rock ruidoso como “White Limo”, además de contar con canciones que duran más de lo convencional como “Concrete and Gold” o “I am a river”.
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No hay que dejar de lado que esta gran mixtura de sonidos, tan diferentes entre sí pero que unidos logran que sepamos que estamos escuchando a Grohl y compañía, está íntimamente relacionada a que estos músicos crecieron escuchando a David Bowie y a los Stones, además de su amor infinito a Queen, Led Zeppelin y Motörhead. Tampoco hay que olvidar que gustan del funk y la música disco, “como batería, me gusta ese estilo, es la clase de cosas que realmente disfruto tocando”, afirmó en 2020 Dave Grohl en una participación estelar en los WMMR Podcast.
“Nunca nos habíamos movido hacia ese territorio, pero en lugar de hacer un disco extraño de funk-rock, queríamos hacer un disco que la gente pudiera bailar, un gran disco de rock que provoque que la gente mueva el culo”, continuó explicando Dave Grohl.
Cuando entraron a grabar el disco, la primera canción que prepararon fue “Making a Fire”, “que realmente tiene ese aire a Sly & The Family Stone, excepto por las guitarras y los estribillos”, adelantó. Sin embargo, esa canción aun no fue lanzada como adelanto.
Ahora bien, el primer tema que conocimos de este nuevo material es “Shame Shame”, en él se escucha un ritmo simple de batería con un suave pero pegadizo overdub, de esos que incitan a sonar los dedos. También se lo escucha a Grohl haciendo un falsete, algo que nunca había sido necesario en sus anteriores trabajos.
El segundo adelanto es “No Son of Mine”, un tema que arranca de una forma agresiva con cortes eléctricos, con la voz de Dave haciendo inflexiones vocales al estilo de James Hetfield, mientras se va tejiendo con un riff de guitarra tenso. Sin embargo, una vez que entra el resto de la instrumentación, la melodía se convierte en un golpe alegre con un gancho irregular y riffs de guitarra gruesos.
El tercer corte es “Waiting on a War”, que es una pista realmente importante para Dave. La escribió cuando estaban grabando otro de sus discos. Grohl creció con miedo a que lo enviaran a él o a sus amigos a la guerra. “Veía las noticias y siempre había algún tipo de conflicto o tensión en el mundo. Siempre tenía miedo de que fuera a pasar algo y de que me fuera a morir, soñaba con misiles, soldados y todas estas cosas”, declaró.
Para el lanzamiento de esta canción, realizó un posteo en la cuenta de la banda agregando más datos: “Como un niño que crecía en los suburbios, siempre tuve miedo a la guerra. Tenía pesadillas por las tensiones políticas a principios de los ochenta y mi proximidad a la capital de la Nación”. En lo que respecta al sonido, es una canción clásica de Foo Fighters. Tiene un principio acústico y explota al final.
Para los que creían que nada podía superar a Concrete and Gold (2017), “donde los extremos del hard rock y la sensibilidad del pop chocan”, según dijo la banda sobre el noveno disco de estudio, que es lo más diferente que Foo Fighters pubicó hasta el momento, deben preparar sus oídos para este despliegue sonoro que no busca otra cosa que reforzar el poder de los 25 años de rock ininterrumpidos que llevan a cuestas los seis integrantes.
Hoy, la banda que visitó la capital de la provincia de Buenos Aires el 18 de enero de 2015, está integrada por el ya mencionado Dave Grohl, Pat Smear (ex Nivana) en guitarra, Nate Mendel en bajo, Taylor Hawkins en batería, Chris Shiflett en guitarra y Rami Jaffee en teclados.
Medicine at Midnight es el décimo álbum de la banda, fue producido por Greg Kurstin y Foo Fighters, además de ser diseñado por Darrell Thorp y mezclado por Mark “Spike” Stent. Los fanáticos pueden comprarlo anticipadamente acá, mientras que el resto de los mortales, deberán buscarlo en todas las plataformas digitales el 5 de febrero.
