Una firma con más de cincuenta años de operación en Ituzaingó, atraviesa un proceso de contracción que compromete su continuidad. Se trata de la empresa Ascensores Cóndor que llegó a emplear a 180 trabajadores, pero actualmente mantiene alrededor de 40 operarios que intentan sostener una producción casi paralizada.
El cuadro general incluye salarios incompletos, sectores de la planta detenidos y la ausencia de la conducción empresarial en las instancias formales de negociación laboral.
Situación operativa y ausencia empresaria
La planta opera con insumos insuficientes y líneas de trabajo desactivadas. Los trabajadores informan que no reciben el pago total de sus haberes desde hace cuatro meses.
Paralelamente, en las últimas audiencias convocadas por el Ministerio de Trabajo, los responsables de la compañía no se presentaron ni remitieron representantes. Esta falta de interlocución formal obstaculizó cualquier intento de normalización de la actividad lo que mantiene a la planta en un estado de vaciamiento operativo.
En este contexto, se evidencia también la falta de un plan de acción por parte de la Unión Obrera Metalúrgica. A pesar del deterioro productivo y del prolongado incumplimiento salarial, no se registraron medidas de fuerza o iniciativas destinadas a resguardar los puestos de trabajo.
Las reuniones espontáneas del personal frente a la fábrica se limitaron a analizar alternativas como la instalación de carpas frente al establecimiento, sin resultados concretos ante la falta de respuesta empresaria.
El personal afirma que la situación se relaciona directamente con el impacto de la apertura de importaciones sobre la industria nacional.
Señalan que la caída de la demanda local y el ingreso de productos externos con precios más bajos generan un escenario adverso. Como antecedente mencionan el cierre reciente de una fábrica de heladeras comerciales en Merlo, identificada como Freebandir, y advierten que la tendencia podría replicarse en el sector en el que opera Ascensores Cóndor.
Impacto del contexto industrial
El conflicto no constituye un caso aislado dentro del panorama manufacturero. Los operadores de la planta sostienen que la combinación de mayor competencia importada, reducción del mercado interno y ausencia de políticas específicas para sostener la actividad está afectando diversas ramas industriales.
La situación de Cóndor funciona como un indicador de este escenario: reducción de personal, paralización de líneas de trabajo y falta de recursos para sostener costos básicos.
Un caso más de un problema creciente
En términos estructurales, la industria nacional enfrenta niveles crecientes de presión competitiva derivados de la flexibilización de importaciones.
Este fenómeno obliga a empresas locales a operar con márgenes cada vez más acotados o su reconversión en importadoras.
La baja en la producción registrada en los últimos meses se suma a esta problemática, generando dificultades para mantener la continuidad operativa. Para los trabajadores de Cóndor, la combinación de estos factores muestra un riesgo concreto de cierre.
El deterioro se extiende a otras unidades fabriles del sector metalúrgico y de bienes durables. En diversas localidades se registran procesos de suspensión, reducción de personal o detención de actividades, lo que evidencia una tendencia generalizada.

