Jonas Eriksson fue elegido finalmente como el árbitro encargado del partido que mañana disputará Argentina contra Suiza, por los octavos de final de la Copa del Mundo. Y entre las particularidades que rodean al sueco, es un empresario millonario que “se divierte” con el arbitraje.
Este juez ya estuvo en el choque entre Ghana y Estados Unidos, mientras que luego lo hizo en Brasil-Camerún. Completan la terna los jueces de línea Mathias Klasenius y Daniel Waernmark.
Se trata de un empresario que tiene una fortuna que asciende a 10 millones de dólares, producto de la venta de IEC, una empresa que poseía derechos de televisación de deporte en su país y poseía el 15% de sus acciones.