Cuando Estudiantes salte al terreno de juego el día domingo tendrá en cancha como lateral por izquierda a un joven que hasta hace algunas semanas todavía no había debutado en Primera, y en el banco contará como primera opción con un delantero en igual condición.
Se trata de Lucas Diarte, juvenil que regresó de Central Córdoba de Santiago del Estero y sorpresivamente se adueñó del puesto ante la salida de Álvaro Pereira, y de Facundo Quintana, atacante que llegó dese Chile el año pasado y se desempeñó en Reserva.
Diarte es oriundo de San Miguel de Tucumán y cuenta con 22 años, mientras que Quintana tiene 20, es bonaerense y oriundo de 25 de Mayo. Ambos estuvieron ayer en Qm Noticias, y dialogaron sobre lo que se viene pero también respecto de cómo llegaron a este presente.
“Es algo hermoso que se va a vivir el día domingo. Ojalá salga un lindo espectáculo tanto para nosotros como para el público”, sostuvo el lateral, a lo que el delantero agregó: “Hay que estar tranquilos, los grandes siempre están apoyándonos en todo”.
A la hora de hablar del presente que viven hoy, Diarte valoró el momento que vive, que lo tiene como titular, y dijo: “Las cosas se fueron dando de esta manera. Me siento preparado para poder demostrar que puedo jugar en la Primera de Estudiantes”.
“Se me pasó por la cabeza el sacrificio de tantos años”, dijo a su vez Quintana, en referencia a lo que fueron sus primeros goles en fechas anteriores, y añadió: “Poder hacer un gol en Primera es algo muy lindo, pero ahora estoy mentalizado en el Clásico”.
Los inicios no fueron sencillos para ninguno, y al respecto el punta narró: “A los diez años me fui de casa solo a una pensión de River, en donde estuve seis años. Después tuve la posibilidad de ir a Chile y estuve dos años en la U, en donde jugué un partido”.
“El año pasado me abrió las puertas Estudiantes y no lo dudé”, agregó para luego ir inmiscuyéndose cada vez más en el último año: “Vine a hacer una prueba, quedé y estuve en Cuarta y en Reserva. Gracias a Dios este año me dieron la chance en Primera”.
“Yo arranqué en Tucumán desde chiquito en una escuelita”, explica por su lado el lateral del León. “Estuve en Central Norte de allá, y a los 17 años me fui para Santiago del Estero para jugar en Central Córdoba”, continuó luego con su relato.
Una vez en el Albinegro, se le abrieron las puertas: “A los seis meses salió la chance de venir a prueba acá, se dio todo como esperaba y por suerte me pude quedar. Con Pellegrino fui un par de veces al banco, pero después tuve que volver a Reserva y después a Santiago”.
“Llegué a un club que como lo dicen todos es una familia. Están todos pendientes de los que estamos en la pensión. Todos los que trabajan en el Country se brindan para que tengas la mejor estadía y no extrañes a tu casa”, valoró por último sobre la institución.
Justamente ese último punto siempre es difícil, y sobre eso cerró Quintana: “Dejar a la familia es un sacrificio enorme. Perdés mucho yéndote a un lugar en el que no conocés a nadie y no sabés a quién te ibas a encontrar. Siempre aposté a jugar en Primera y gracias a Dios se me dio”.