Con la llegada de Mauricio Pellegrino el Pincha cambió. El aire se renovó. Los jugadores mostraron otra estimulación y el entrenador volvió a despertar a un equipo que estuvo muchas fechas dormido y que llegó a estar en el fondo de la tabla.
¿Fue más que Unión? No. Para no ser injusto, en el cierre del partido fue superior y justificó la ventaja que consiguió con el gol de Zapata. Pero para ello trabajó en el complemento y corrigió lo malo de la primera etapa.
Pellegrino no se cayó nada. Luego de un primer tiempo, donde sus jugadores no tuvieron juego ni situaciones claras de riesgo, acomodó el equipo, le habló a los intérpretes y alentó en el complemento en post del triunfo.
Con ese ánimo y sabiendo que podía ganarlo el Pincha se animó y allí encontró la diferencia que le valieron tres puntos.
La victoria ante Unión tuvo varias cosas negativas pero el León sigue sumando y va encaminando su rumbo en certamen final y van engrosando el colchón de puntos que será importante cuando comience la nueva temporada.
Con los once puntos, tenía cuatro cuando se fue Cagna, los hinchas, jugadores y cuerpo técnico se ilusionan con seguir sumando victorias y acercarse a las veinte puntos, una sumatoria nada despreciable, si se la analiza con la lupa del comienzo.