Tan convulsionado está el Mundo Estudiantes, tan preocupado por la realidad del equipo, por la continuidad del DT y por lo que pueda pasar por Marcos Rojo, que pasó inadvertido que su refuerzo estrella, el que hizo el mayor ruido del mercado de enero, el que expuso el poderío de la billetera de Foster Gillett, el que jugador de los 15 millones, fue suplente en el debut del Pincha en el arranque del torneo.
La decisión que Domínguez intentó explicar con una razón táctica, expone al ex jugador de Boca y también al DT. Porque una figura como Medina no tendría que estar pendiente de ningún planteo. Son de esos jugadores que deberían jugar o estar en cancha por peso propio, por preocupación para el rival, por influencia en el equipo, pero…
Está claro que Medina no está defendiendo su lugar con su nivel, con su rendimiento. Es evidente que todavía no estuvo a la altura de lo que se esperaba de él, ni tomó las riendas del equipo ni se hizo cargo de la conducción. Y también es real que Domínguez no le encontró la posición: por lo general, el ex Boca rindió mejor como interno derecho que suelto o jugando por izquierda, como a veces lo utilizó el Barba.
No es novedad que, cuando toma contacto con la pelota, Medina demuestra su calidad, su pase simple, su talento, pero que eso no alcanza en Estudiantes. El equipo necesita más de él desde la actitud, tanto como del juego. Necesita, en principio, que se sienta importante, algo que al volante no le pasa. Hasta ahora fueron un par de asistencias, un buen partido contra la U de Chile por la Copa en la mejor actuación del equipo en el semestre y no mucho más.
Medina va ya por los 20 partidos en Estudiantes, en los que tuvo más amarillas (ocho) que otras participaciones inherentes a su rol futbolísticos. Tampoco aportó goles. Pero en definitiva, dejó esta sensación de que el paso de Boca al Pincha no le hizo nada bien, que aún recuperado en lo físico después de un tiempo sin jugar en el Xeneize, tampoco eso lo encaminó.
Incluso, en la final contra Vélez, la primera que jugó con la camiseta de Estudiantes, se lo vio desaparecido, sin peso, sin fútbol, sin un aporte sustancial para cambiar el partido en la adversidad. Lo que a un jugador de su clase se le pide.
La lesión de Piovi puede darle otra opción
Por lo pronto, contra Huracán, en un partido que Domínguez se juega la continuidad, habrá que ver qué pasa con Medina, si seguirá en el banco o volverá a ser titular. En ese sentido, las lesiones de Neves (ya descartado) y Piovi (muy complicado) le abren la puerta para que pueda jugar incluso como doble cinco, una función que utilizó mucho en Boca.
Pero la cuestión central es que, de cara al cruce de octavos de la Copa Libertadores, Estudiantes necesita más de Medina, de quien fue su refuerzo top, el que por ahora demostró que no vale los 15 millones de dólares que Foster invirtió por él.