No fue un partido más para Alejandro Orfila. El entrenador del Lobo sabía que había mucho en juego, tal vez por eso vivió con tanta intensidad los primeros y únicos 45 minutos que vio desde el costado del campo.
Es que, en el final de la primera mitad, el entrenador vivió la jugada del penal como si fuese la última. Y no es para menos, por todo lo que se estaba jugando él en lo personal y el equipo en general.
Entonces el entrenador empezó a reclamar. Pidió el penal inmediatamente y hasta le pidió a Max que sea su voz dentro del campo: “Augusto andá a pedir el penal”.
Tras el gol, con festejo y desahogo incluido, Orfila se dio cuenta que podría cuajar una amarilla para Roncaglia. Y la pidió. Y la volvió a pedir una, dos, tres veces… ¿El resultado? Se fue a los vestuarios antes que sus dirigidos y fue expulsado como técnico de Gimnasia por primera vez en el ciclo.