El líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula Da Silva, se quedó con la victoria en el balotage y será presidente de Brasil a partir del 1 de enero de 2023. La segunda vuelta se definió por unos 2 millones de votos e incluyó momentos de tensión y denuncias por fraude.
Lula obtuvo el 50,9% de los votos, 60,3 millones, y su rival, Jair Bolsonaro, se quedó con el 49,1%, unos 58,2 millones. El escenario de poralización se pudo corroborar en el escrutinio que terminó definiéndose por 2,1 millones de votos de un total de 118 millones de votos válidos emitidos. De hecho, cerca de las 17, ni bien cerraron los centros de votación, los primeros resultados mostraban ganador al actual mandatario brasilero.
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El recuento tuvo momento de tensión cuando circularon imágenes de operativos policiales hechos para impedir que ciudadanos se acercaran a los centros de votación. Desde el equipo de Lula denunciaron estos procedimientos, pero el Tribunal Superior Electoral de Brasil TSR rechazó las acusaciones. “En ningún caso” perjudicaron el voto aunque sí pudieron demorarlo, sostuvieron.
Poco antes de las 21, con la elección ya definida, el presidente electo habló por primera vez desde el hotel Intercontinetal de San Pablo. “A partir del 1 de enero de 2023 gobernaré para 215 millones de brasileños, no sólo para los que me han votado. No hay dos países. Somos un Brasil, un pueblo, una gran nación“, aseguró. Jair Bolsonaro, por su parte, optó por el silencio.
Será la tercera presidencia de Lula Da Silva quien asumirá con 77 años y luego de haber estado 580 días encarcelado con sentencias que luego fueron anuladas. Según las cifras oficiales, esta es su mejor elección: en 2002 ganó por primera vez con 52,4 millones de votos y en 2006 obtuvo más de 58 millones de votos. Bolsonaro, por su parte, se convirtó en el primer presidente de la historia de Brasil en no ser reelecto.
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