El presidente dio una conferencia de prensa para explicar los alcances posibles del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y la situación económica luego de la corrida cambiaria que dejó el dólar a más de 24 pesos y generó una fuerte devaluación de la moneda nacional.
Ayer, luego del vencimiento de miles de millones de Lebacs, el equipo económico de Cambiemos festejó la renovación del total de estas y un respiro en las finanzas, al menos, momentáneo.
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Pero entre sus declaraciones, dejó algunas perlitas que apuntaron directamente contra el anterior gobierno kirchnerista.
A pesar de haber afirmado tibiamente que dentro del denominado “gran acuerdo nacional” también estarían integrados el sindicalismo y el sector que conduce Cristina Fernández de Kirchner, el primer mandatario tiró algunos dardos envenenados con un destino claro.
En primer lugar, reiteró en varias oportunidades la necesidad de superar el problema del déficit fiscal, un flagelo que según el presidente afecta a la Argentina desde “hace 70 años”.
La fecha, claro, no es casual: se trata del momento en que el peronista surgió como movimiento político en el país.
“Hablé con gobernadores de distintos espacios y senadores, y los convoqué a todos a sentarnos alrededor de una mesa y hacer un gran acuerdo para equilibrar algo que la argentina no logra hacerlo hace más de 70 años”, manifestó Macri en la conferencia.
Antes de firmar el acuerdo, la directora del FMI, Cristine Lagarde, se reunión con el gobierno en 2017.
Antes de firmar el acuerdo, la directora del FMI, Cristine Lagarde, se reunión con el gobierno en 2017. Pero más claras fueron las críticas cuando el presidente aseguró que se dará un “buen acuerdo con el Fondo” porque -según Macri-el gobierno no tiene “nada que ocultar”.
“Acá no hay gente que se lleva bolsos con plata a los conventos”, chicaneó el presidente, en referencia al ex secretario de Obras Públicas del kirchnerismo, José López, atrapado cuando trasladaba bolsos con millones de pesos.
Además, al hablar del “derroche” de energía, Macri tomó el ejemplo particular de la provincia de Santa Cruz, donde en “algunas veredas son calefaccionadas”.
Sobre esto, hace poco la gobernadora de Tierra del Fuego había aclarado el uso de calefacción callejera, explicando que en el “la calefacción de veredas no es habitual y mucho menos la tienen los vecinos”, dijo, agregando que “se usa para ciertos sectores que lo requieren, como accesos a hospitales o lugares adonde asisten adultos mayores o niños para evitar accidentes”.
Entre otras de las reacciones inesperadas, el presidente se quejó de no encontrar agua en su atril, durante el intervalo de una nueva pregunta en la conferencia.
“Tanta austeridad que ni agua hay”, dijo.
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