A cuatro minutos del timbre, Barrionuevo entregó las llaves del Partido Justicialista

Cuatro minutos antes de que venciera el plazo impuesto por la justicia, Luis Barrionuevo ingresó al despacho de la jueza federal María Romilda Servini de Cubría y dejó allí las llaves del edificio de la calle Matheu, sede del Partido Justicialista en el orden nacional. Hubo angustia: el ahora ex interventor tenía plazo hasta hoy a las 13.30.

Enterados de las noticias, las autoridades desplazadas por Servini, encabezadas por el exgobernador de San Juan, José Luis Gioja, preparan su regreso a las oficinas porteñas del partido durante el transcurso de la tarde, según confirmaron ante la consulta de INFOCIELO. Además de las llaves, Barrionuevo debió entregar “los libros de actas y contables de dicha Institución”.

La intervención de Servini empezó el 10 de abril de 2018, a partir de un pedido de sindicalistas del PJ como Carlos Acuña, y fue rápidamente cuestionada por las autoridades desplazadas. Es que entre los argumentos que esgrimió para hacer lugar al reclamo incluyó análisis políticos y no elementos jurídicos sólidos.

Enúmero, por ejemplo, “los adversos resultados electorales obtenidos en los dos últimos procesos electorales”, “el fracaso en el acto electoral para elegir gobernador en el distrito más grande del país”, y advirtió por una “situación crítica insostenible que de permanecer en el tiempo, podría afectar la propia existencia del partido”.

La intervención de Servini y Barrionuevo caducó el último 2 de agosto, a partir de un fallo de la instancia superior de la Justicia –la Cámara Nacional electoral. Ese tribunal observó que “no se verifica” que haya una “violación de la ley o de la carta orgánica” del partido que amerite su intervención, que, por otra parte, subrayó, es “una medida excepcional”, con lo cual dispuso el cese de la medida.