No todos los países tienen la tecnología que permite la fabricación de una vacuna de la complejidad de la Sputnik V/ Sputnik V.I.D.A. Las nuevas vacunas en desarrollo requieren de una serie de precisiones tecnológicas, ambientales, y de científicos y científicas que cuenten con una formación para llevar adelante un proceso tan inocuo.
Argentina entra en esta lista, gracias a una tradición que, aunque no siempre sostenida, posibilitó las condiciones para que esta semana se elaboraran las primeras 30 mil dosis de la solución contra el coronavirus que ya se envió a los laboratorios en Rusia para la comprobación de la calidad.
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Esta mañana, al aire de Ya es Hora, FM La Cielo 103.5 la coordinadora de la subcomisión de Vacunología de la Asociación Argentina de Microbiología Daniela Hozbor, se refirió a lo estratégico de pensar la fabricación de vacunas como política de estado: “No hay laboratorios que fabrican vacunas en todos los países, ya que estos son laboratorios particulares porque trabajan con buenas prácticas de manofactura”.
La experta manifestó que para que una vacuna de un laboratorio sea apta para la distribución “se tiene que garantizar que no van a existir contaminaciones, todos los equipos deben circular adecuadamente”.
Entre las explicaciones del por qué la rigurosidad en la producción destaca el hecho de que se trabaja con material biológico, está vivo y en las alteraciones del ambiente produce reacciones que si no se controlan pueden ser inesperadas. “La mayor parte del trabajo en producción refiere a estos controles de calidad porque realmente se debe llegar al final y asegurar que ese vial realmente lo tiene” aseguró.
“Los que trabajamos en vacunas siempre tratamos de que Argentina tenga esta capacidad y que sea una política de estado. Armar estas fábricas implica una inversión muy importante cuando la vas a emplazar, cientos a miles de millones de dólares” manifestó Hozbor.
Sputnik V.I.D.A ¿Cuánto falta para comenzar la distribución?
La Sputnik V.I.D.A, versión argentina de la Sputnik V, se realizó a partir de un principio activo enviado de Rusia “acá lo que hicieron fue formularlo para que tenga todos los componentes que tiene la vacuna y luego hacer un proceso de filtración y fraccionamiento para que se generen esta cantidad de dosis” explicó la experta.
LA fabricación de vacunas tiene un efecto benéfico para las sociedades, tanto a nivel comunitario como a nivel personal. En el caso de la vacuna contra el coronavirus, contar con un polo de fabricación en Argentina es una noticia por demás esperanzadora para la región porque permite proyectar un ritmo de vacunación mucho más acelerado y equitativo. Esto influye no sólo en el sistema de salud, que actualmente se encuentra saturado, sino en la economía golpeada por la crisis que trajo aparejada la pandemia.
La proyección para que comienza la distribución de la Sputnik argentina es de tan sólo meses, según manifestó la experta actualmente se enviaron las dosis fabricadas en el país a Rusia “para verificar que eso que se realizó es correcto y certificar que cumple con los estándares de calidad”.
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