EL INFORME NISMAN DESTROZADO
Estas afirmaciones provenientes ni más ni menos que de uno de los servicios de inteligencia más profesionales del mundo, da por tierra con todas las especulaciones abonadas desde Argentina y Estados Unidos desde la década del 90. Además deja en una posición ridícula al famoso informe que días antes de su muerte presentó públicamente el fiscal de la Unidad AMIA, Alberto Nisman, en donde imculpaba a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner y a su Ministro de Relaciones Exteriores de aquel momento, el fallecido Héctor Timmerman, entre otros acusados, de un pacto para favorecer a Irán a cambio de beneficios económicos.
Bajo el título: “El Mosad aclara nuevos datos sobre los ataques terroristas en Argentina en la década de 1990”, el New York Times profundiza en la investigación del Mosad Israelí y aclara que: “Una investigación de la agencia de espionaje israelí descubrió que Hezbolá organizó una célula para llevar a cabo los atentados y rechazó las sospechas de que hubiera argentinos o funcionarios iraníes en Buenos Aires”.
El título del New York Times afirma basado en un documento del Mosad que los atentados a la Embajada y a la AMIA fueron ejecutados por Hezbollá en venganza hacia Israel sin participación de iraníes en territorio argentino
Al unísono, los principales diarios de Argentina publicaron la información escuetamente y bajo un título ambiguo que replicaron prácticamente en los mismos términos.
El Grupo Clarín, tanto en su diario homónimo como en la web de TN escribió: “Una investigación del Mossad revela detalles desconocidos sobre los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA”, sin especificar que los datos significan la inculpación hacia Hezbollá y la desvinculación, al menos directa de funcionarios iraníes en aquella misión terrorista.
Los diarios argentinos hablan del documento del Mosad pero lo hacen subrayando eufemísticamente “detalles desconocidos” de los atentados a la AMIA y a la Embajada, sin mencionar la responsabilidad de Hezbollá atribuida ya por Israel
Lo mismo hace Ámbito Financiero cuando coloca: “El Mossad reveló detalles inéditos sobre los atentados a la AMIA y a la embajada de Israel”, subrayando en el giro ‘detalles inéditos‘ una interpretación sesgada y eufemista de la potencia en las aseveraciones de la Agencia de Inteligencia, involucrada como nadie en una investigación paralela a la de la justicia argentina.
Los diarios argentinos hablan del documento del Mosad pero lo hacen subrayando eufemísticamente “detalles desconocidos” de los atentados a la AMIA y a la Embajada, sin mencionar la responsabilidad de Hezbollá atribuida ya por Israel
El periódico BAE Negocios también se muestra extrañamente ocultante en su título de la principal conclusión del informe, al escribir asepticamente: “El New York Times publicó un informe del Mossad sobre atentados a la Amia y la Embajada de Israel“.
Los diarios argentinos hablan del documento del Mosad pero lo hacen subrayando eufemísticamente “detalles desconocidos” de los atentados a la AMIA y a la Embajada, sin mencionar la responsabilidad de Hezbollá atribuida ya por Israel
Lo central del extenso documento del New York Times no es ni que los detalles sean inéditos ni la publicacion en si misma en el diario estadounidense, sino que la conclusión echa por tierra casi 30 años de falacias que alimentaron en Argentina los intereses de los gobiernos de turno de la propia nación y de Estados Unidos, apuntando a quien más conviniera geopolitica y estrategicamente en cada etapa, es decir provocando una utilización de los 89 muertos de AMIA y los 29 de la Embajada de Israel para fines espurios y políticamente especulativos sin importar los verdaderos autores de las masacres.
IMPLICANCIAS DE UNA MENTIRA DE 30 AÑOS
Por supuesto que este lapidario documento publicado el viernes por el New York Times da por tierra con las alertas rojas instaladas por Nisman a Interpol contra los iraníes, abona la pista (ahora certeza) libanesa, y requiere un profundo pedido de disculpas hacia los perjudicados por las falaces operaciones realizadas previo a las elecciones de 2015 que favorecieron el triunfo del candidato Mauricio Macri sobre Daniel Scioli a pocos meses de los comicios nacionales.
Sólo en el ocultamiento y la minimización radica la poca trascendencia dada hasta la noche del viernes a una noticia que debería paralizar a todas las redacciones del país por el cimbronazo político y judicial que implica semejante serie de desaciertos por impericia, o lo que es peor, por utilización política con fines electorales.
El informe es de una certeza incontrastable cuando el New York Times en su primer párrafo ecplica: “Dos ataques terroristas contra objetivos israelíes y judíos en Buenos Aires en la década de 1990 en los que murieron decenas de personas fueron llevados a cabo por una unidad secreta de Hezbolá cuyos agentes, contrario a las afirmaciones generalizadas, no fueron ayudados a sabiendas por ciudadanos argentinos ni asistidos en el terreno por Irán.”
CHAMPÚ Y CHOCOLATE
Luego proporciona un relato detallado del modo en el que se planearon los atentados, incluida la forma en que el material para los explosivos se introdujo de contrabando a la Argentina en botellas de champú y cajas de chocolate tiempo antes del primer atentado en la Embajada de Israel en 1992.
En cuanto a la responsabilidad de Irán, la circunscribe a la aprobación y financiamiento de los atentados y al suministró de entrenamiento y equipo, pero también aclara que las averiguaciones refutan las afirmaciones sostenidas por mucho tiempo por Israel, Argentina y Estados Unidos de que Teherán tuvo un papel operativo en las acciones.
Por su parte rebaten las sospechas en Argentina de que funcionarios locales y ciudadanos habían sido cómplices de los ataques..
ARGENTINA ELEGIDA SÓLO PARA VENGANZA HACIA ISRAEL
La razón de ambos sangrientos atentados la ubica en que fueron ejecutados por Hezbolá en venganza por las operaciones israelíes contra la milicia chiita en Líbano meses antes, según la investigación del Mosad.
Hezbolá utilizó una infraestructura secreta que construyó por años en Buenos Aires y otros lugares de Sudamérica para preparar y realizar los ataques a la AMIA y a la Embajada.